jueves, 18 de abril de 2013

Destinados ♥ - Nicochi


Destinados ♥ - Nicochi

Una de las cosas a las que comencé a prestar atención luego de ver la película "27 bodas", fue a la mirada del novio al ver entrar a su futura esposa por aquel famoso pasillo, vestida de blanco y radiante, y sí, en estos momentos, él tenía esa mirada enamorada y feliz, pero algo no andaba bien y yo sabía perfectamente qué.

Entre mucho bla, bla del padre que celebró la misa, llegó la pregunta principal. Mi acompañante ya había respondido con un alegre y automático "sí, acepto", en cambio yo estaba en silencio, pensativa, recordando tantas cosas, que fue imposible que una lágrima no corriera por mi mejilla.

La intenté disimular, asentí y muy suavecito respondí "sí, acepto". Veinte segundos habían pasado, él ya me estaba besando, cuando fuera se escuchó el ruido de una moto comenzando su camino, casi al lado de la puerta de la iglesia. Corrí mi vista hacia allí y mi mente se quedó en blanco.

~

-qué haces acá? -cerré la puerta tras de mí y él me miraba muy serio
-sabía que vos ibas a estar acá, entonces vine -sonreí, pero no me devolvió el gesto
-deberías estar en tu fiesta de casamiento -se lo escuchaba frío y eso me dolía en el corazón
-estoy donde tengo que estar -dije firme, muy segura de mí misma
-si? Y Pedro? -sentado en la cama, me miró por primera vez a los ojos desde que la conversación en aquella habitación de hotel, había comenzado
-desde un principio supo que toda la situación era forzada. Lo quiero mucho, pero no me respetó y le siguió el juego a los demás. Él no me interesa -yo permanecía de pie sin despegarme la vista de encima
-y tu familia? -sabía el lugar especial que ocupaban ellos en mi corazón
-por ellos es que que dije "sí" en la iglesia, ahora ya tienen todo lo que querían -aquí la explicación de no haber seguido con lo pactado, pero está vez, él no dijo nada más -te olvidaste de preguntar por quienes más importan -alzó una ceja, no comprendiendo -nosotros -respondí finalmente
-yo creo que no hay nosotros -el contacto visual no se había roto, y le agradecí por ello
-yo creo que sí hay -siguió sin hablar, pero ahora me estaba prestando suma atención, mientras yo baja el cierre lateral de aquel vestido blanco, ceñido al cuerpo, que marcaba mucho mis curvas.

Y es que yo habia salido corriendo de esa fiesta espantosa en la que se festejaba algo que no producía ninguna felicidad en mí. Apenas pude quitarme los ojos de encima, salí fuera del salón, tomé un taxi, y aquí estaba ahora.

Aquel pedazo de tela cayó al suelo, dejándome simplemente con el babydoll claro y traslúcido y con el culotte. Lentamente caminé hacia él, dejando los zapatos en el camino. Me miraba embobado, y me encantaba, porque sabía que a pesar de esas palabras sin calidez alguna que me había dicho instantes atrás, seguía sintiendo todo eso que juró sentir por mí hasta el fin de los días.

Pasé mis piernas a cada lado de sus caderas, quedando casi sentada sobre él. Aún en esa situación, seguía mirando mis ojos, y no mis atributos, como pensé que haría. Me acerqué más todavía, colocando nuestros rostros a escasos centímetros, tan escasos que podía sentir su respiración agitada sobre mis labios. También podía sentir su entrepierna debajo de mí, y sonreí pícara.

-hay un nosotros -ahora lo afirmé, no fue una expresión de deseo, como anteriormente lo había dicho

Coloqué mis manos en sus mejillas y lo besé, terminando con todo ese preámbulo que lo sedujo desde la fibra más mínima de su cabeza rapada hasta la punta del dedo meñique del pie. Esta era la Rocío que aprendí a ser junto a él, junto a mi rubio, mi Nicolás, quien me había enseñado lo que era el amor en todas sus formas. Con él tuve la primer experiencia de placer pleno, donde irremediablemente me di cuenta que lo amaba con todo mi ser y se lo dije, y él había quedado sorprendido, pero luego me besó, haciéndome saber que era correspondida.

Y eso fue exactamente lo que acababa de volver a suceder, me respondió al beso y llevó sus manos hacia mi espalda, para deshacerse de aquello que me vestía, pero antes de que lo lograra, quería yo hacerle lo mismo a él, tenía mucha ropa encima y me molestaba.

Quité sus manos de donde estaban, y con una sonrisa coqueta, me puse de pie. Su incertidumbre era graciosa. Me deshice de sus zapatos y su cinturón, todo muy lentamente, con movimientos sensuales, sabiendo que dentro suyo me estaría deseando aún más.
Volví a sentarme sobre él, ahora desabrochando uno a uno todos los botones, sin permitir que se entrometa en mi labor. Al llegar al último, también desprendí el del pantalón, y bajé el cierre.
Cuando ya se encontraba en cuero y en bóxer (porque sí, su prenda inferior terminó de sacársela él, en un rápido tirón, se notaba que estaba tan ansioso como yo, aunque yo prefería jugar un poco antes), comenté algo que lo hizo reír de una forma muy sexy.

-a mi también me gustar poder deleitar a mis ojos con una muy buena vista, ahora estamos iguales -sonreí y conectó nuestros labios casi desesperadamente
-iguales no estamos -dijo entre besos, para luego de pocos segundos sentir como besaba el valle de mis pechos, ya que lo que los cubría no estaba más sobre mi cuerpo.

Poco a poco nos fuimos recostando en la cama, yo encima suyo. Me encantaban estos roles,  más aún porque a él le encantaba que fuera así. Entre muchos besos, caricias expertas en los lugares indicados y suspiros de satisfacción, todos los problemas quedaron atrás, muy lejos de nosotros, para así hacernos uno en cuerpo y alma, sentirnos interiormente, de la forma mas exquisita que pudiera existir.

~

En la mañana, lo vi comenzar a moverse y palpar el lado de la cama casi desesperado. Se veían tan lindo recién despierto. En momentos como esos era cuando confirmaba mi amor hacia él, porque me hacía ver que cualquier obstáculo se podía superar si uno quería, y más teniendo buena ayuda.

-Ro -dijo en un tono medio alto y yo salí del baño, arrastrando la valija tras de mí -te vas? te arrepentiste? -se asustó, se le notaba en la mirada
-no -dejé todo lo que tenía en la mano y me tiré en la cama, al lado suyo -mi hermano mandó la valija hace un rato y me estaba cambiando -noté que me miró de arriba a abajo, me había cambiado de ropa, poniéndome una musculosa con vuelo, un jean muy ajustado y unos tacos altos
-te pusiste ropa muy rápido -noté la picardía en su voz
-ya habrá tiempo para todo, pero ahora tenemos que irnos, se hace tarde -le robé un beso y me puse de pie -dale bonito, vestite que nos vamos -lo vi girar los ojos y me encantó eso, sabía que le mataba que lo dejara así

~(por un error de redacción, a continuación el relato será en tercera persona)~

-hermanito! -gritó, mientras corría hacia un chico rubio, alto y de pelo lacio, que se encontraba parado esperándola
-Rochi! -se dio vuelta rápido y sonrió al sentirla entre sus brazos -me encanta tu sonrisa -dijo sincero aún abrazándola
-el culpable -con el dedo señaló a Nicolás, quien estaba a su lado
-vos sos el famoso "amor de la vida" de mi hermana? -lo miró serio
-si... creo -estaba nervioso, era muy notorio
-como que "creo"? -Rocío giró hacia él -sos el amor de mi vida, y creo que te lo hice saber -sonrió pícara y le dio un corto beso
-ahorrate los detalles y las demostraciones delante mío, sí? Que todavía no le di la charla hermano-novio que se merece -le advirtió
-no hay necesidad de ninguna charla Benjamín -lo miró serio
-escuché que el vuelo estaba retrasado, sabes a qué hora sale? -habló Nicolás, cambiando de tema de conversación
-Benja, el horario es a las cinco de la tarde -apareció allí una chica de corta estatura
-Lali? -Rocío la miró sin creer
-hola Ro -su mirada era de vergüenza
-ella es tu novia? -la rubia giró la vista hacia su hermano
-te lo iba a decir antes, pero... -se rascó la nuca
-ay, me encantan! -los abrazó a los dos juntos con una sonrisa plena

La hora pasó y se hizo el momento de despedirse. Se abrazaron por largo tiempo, todos con todos. Mariana era la prima de Nicolás, así que eso era significativo para ellos también, porque siempre se sintieron como hermanos.
Pero definitivamente, lo más emotivo fue lo de Benjamín y Rocío. Habían pasado tantas cosas juntos, sobre todo en el último tiempo, que separarse significaba una tristeza grande, aunque también mucha alegría. Benjamín la acompañó y apoyó desde la primer instancia. Estuvo de acuerdo al instante con la decisión de que se escape con quien realmente amaba, no podría soportar verla junto a un hombre que no la haga feliz.

-gracias -dijo Rocío sin voz, gesticulando, mientras se alejaba de la otra pareja, tomada de la mano de Nicolás
-te amo -Nicolás giró su cabeza hacia ella, para sonreírle con la más plena felicidad que podía demostrar
-yo más -le sacó la lengua, juguetona

Una vez sentados en el avión, ambos de pusieron a pensar, sin dejar de entrelazar sus dedos. Ahora, los esperaban dos meses lejos de todo y todos, en Bali, disfrutando de esa cultura nueva y fascinante para ambos. Aprovechando su compañía mutua al máximo posible. Sabían que iban a estar repletos de besos, caricias, abrazos y demás sensaciones magnificas durante las noches. Era como si se iban de luna de miel durante todo ese periodo de tiempo, pero también sintiéndose libre por primera vez en todo lo que iba de su relación.

-viste que lindos se veían mi hermano y tu prima? -le preguntó Rocío, saliendo ella misma de su burbuja de pensamientos y sacándolo a él también
-mi prima está feliz, que no es detalle menor con todo lo que sufrió de chiquita -sonreía, otra cosa no le salía hacer
-y sí, perder a los padres con 10 años no debió haber sido fácil -Nicolás le había contado esa historia hacía un tiempo
-nada fácil, pero por suerte nunca se quedó sola. Nos tenía a mí y a mi familia para lo que sea -desvió la vista recordando -hasta que conoció a tu hermano y fue como si se hubiera olvidado de mí -suspiró
-No te pongas celoso, tonto -le besó suavemente los labios -al final, en serio estábamos destinados a estar juntos, porque si vos y yo no nos hubiésemos conocido, ellos no se conocían tampoco, no? -eso era algo que no le quedaba muy en claro a Rocio
-No, no se conocerían, porque se vieron por primera vez en la fiesta esa a la que me obligaste a ir con una acompañante, para que me dejen entrar. Como yo no sabía quién era el otro con el que te ibas a casar y te vi muy pegada a Benja, te mandé un mensaje de que me esperaras en tu cuarto mientras Lali lo distraía. La sorpresa fue mía cuando me enteré toda la verdad, y para peor, entregué a mi primita a los brazos de cualquiera -.
-qué cualquiera ni cualquiera. Mi hermano es muy buen partido -le pegó despacio en el hombro
-te amo Rosa -lo dijo tan de repente y con una mirada tan pacífica, que Rocio no hizo otra cosa que sonreír como tonta enamorada -y la verdad que tenes razón: nosotros estamos destinados a estar juntos. Uno no pasa tantas cosas para terminar separados -.
-destinados o no, yo me quedo con vos -volvieron a besarse, pero esta vez por un tiempo más prolongado. Realmente estaban tan felices con lo que les pasaba, que no les importaba tener que estar lejos de su lugar para poder estar juntos. Las personas que valían la pena se mantendrían en contacto, así que ellos simplemente debían ocuparse de disfrutar su amor en todos y cada uno de los aspectos.

Si dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos.

2 comentarios:

  1. Hay mori con el corto y me enterre con esto (Si dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos.)

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