martes, 14 de diciembre de 2010

Absurda Cenicienta

Absurda Cenicienta

Tal y como lo dice la canción, ella nos vio besándonos, sin poder ocultar todo eso que sentimos el uno por el otro. Es mi amiga ella, pero que haya sido un impedimento para que yo este con mi verdadero amor, no me gustaba. Nunca se lo dije, creía que con el tiempo ese coso que sentía en el medio del pecho al verlo, se iba a ir, pero definitivamente así no fue. Cuando estaba cerca suyo, escuchaba su voz, o incluso veía una foto ese, ¿sentimiento? podría llamárselo así, se hacia mas grande, y no me dejaba pensar en otra cosa que no sea en él.

Mariana: decime por qué –lloraba a mas no poder, y no le respondía –necesito saberlo –casi suplicaba -¿por qué Pedro, por qué? –gritaba
Pedro: querés saber el verdadero porque? –contesto con otra pregunta, cuestionando así, si estaba preparada para saberlo
Mariana: si, quiero saber porque mierda me usaste mientras te revolcabas con ella, con esa… con ese gato barato al que yo antes llamaba amiga –y en ese momento, él amago a pegarle, pero por supuesto que no lo hizo, sabia muy bien que nunca debía pegársele a una mujer, por mas que lo mereciera
Pedro: no hables así de ella, vos no sabes nada –estaba enojado, furioso y con ganas de estar con la persona que realmente el amaba
Mariana: y si no se, por qué no me explicas eh? yo soy todo oídos –esa morocha lo estaba buscando, y definitivamente él debía irse lo mas antes posible, para que no lo encuentre
Pedro: la amo, por eso la bese –pronuncio esas palabras pero no con los labios, sino con el corazón. Ese órgano fundamental de vida decidió hablar por él, para así una vez en la vida poder comunicarle al mundo los verdaderos sentimientos que se encontraban allí dentro
Mariana: y así me lo decís? como si estuvieras saludando a un perro? –la mujer que tenia en frente ya se le hacia desconocida, no era quien él creía que estuvo a su lado por largos años
Pedro: no entendes no? no entendes que yo no estuve con ella en estos diez años por vos? porque vos te habías enganchado conmigo; porque ella de tan buen amiga no quiso jugársela por mi, para no lastimarte; no entendes que calló a su corazón, intento suprimir un amor nacido hace mucho, y todo por vos? no lo entendes verdad? –decía cada palabra con mucho dolor, sabiendo que todo eso había lastimado demasiado a esa chica que apreciaba tanto  
Mariana: y yo que? pensas que a mi no me dolió haberlos visto a los besos desaforados en el bar de acá la vuelta? pensas que no tengo corazón? que no siento nada? –lagrimas caían de sus ojos, pero ya no eran de tristeza y angustia, ahora eran de enfado – pero sabes que? si me dolió, si tengo corazón y si siento todo. y lo que mas quiero es que ahora te vallas, y me dejes en paz, te vallas con esa puta que te me quito, que me saco tus ojos siempre que estábamos los tres, porque yo me daba cuenta de cómo la mirabas, y ella a vos, pero me hacia la tonta, no quería admitir la verdad, y por que? porque llegue a amarte, sentimiento que nunca compartimos, porque esos “yo también” eran puro <bla,bla> igual que vos, así que ahora te vas de mi vista, y mejor que desaparezcas, y no vengas rogando perdón, porque me perdiste para siempre –se acercaba mas a la puerta con cada palabra. Él la seguía
Pedro: pensas que voy a volver? ahora que soy libre de hacer lo que quiero, de estar con el amor de mi vida, nunca volvería a vos –negaba con la cabeza. Ya se encontraba en la puerta del departamento, del lado de afuera –y que te quede bien en claro, yo la amo desde los siete años –y con esa ultima frase, abandono el lugar.

Parada en el medio de la plaza, con la mirada perdida en la nada, cabizbaja, y triste, sumamente angustiada por todo lo sucedido. No se permitía a ella misma creer lo que había sucedido, su amiga se había enterado la verdad, los había visto juntos en ese encuentro clandestino, el primero después de esos diez años separados, porque a pesar de que se veían en reuniones de amigos, cruzaban miradas y mas, nunca habían estado solos en una situación completamente ajena a los demás. Se les había hecho imposible evitar ese beso desesperado, que guardaba sentimientos de mucho tiempo atrás, pero aun intactos, ese amor perduro a pesar de todo, porque ambos sabían que ninguno de los dos podía estar con el otro, sin la felicidad de los demás, y si eso implicaba vérseles con otras personas, para no lastimar a nadie, lo hacían, pero mantenían el cariño mutuo.

Finalmente la encontró allí, en ese estado de shock. Corrió hacia ella desde la esquina del parque, quería apresurarse a estar junto a la persona mas amada de su vida, quería por fin sentir su piel sin culpa de nada, sin tener que pensar que alguien, al otro lado de la esquina, estaba feliz pensando que vivía en un mundo alegre donde él era parte de esa tonta ilusión, quería amarla y que ella lo ame a él, quería que esas fantasías infantiles de niños de siete años se hagan realidad a partir de ese momento. Simplemente quería estar con ella, a su lado.

Una vez que se halló frente a ella, lo único que hizo fue tomarle el rostro, y acercársele lentamente, esperando alguna seña de desaprobación, para así abortar acción, y poder seguir mal, angustiado, con una pena enorme en su vida. Pero nada de eso sucedió. Ella sencillamente cerro los ojos y espero ese contacto que tanto anhelaba siendo capaz de disfrutarlo sin tener que imaginarse a su compañera de primaria y secundaria sufriendo a causa de ella.

Un beso que al principio fue de consuelo, y que además de tener la unión de dos bocas, tenía posicionadas las manos de él en la cara de ella; luego fue tomando mayor sabor. La bella mujer que era besada se sentía bien, feliz, y por sobre todo enamorada. Poco a poco, ella fue entrando en clima y se atrevió a entrelazar sus brazos en el cuello de su eterno amado, enredar sus manos en el pelo, y jugar con sus labios y los de él, saboreando placidamente el momento.

Se amaban, y lo demostraban. Se encontraban aun en la misma situación desde hacia unos cuantos minutos, y no se despegaban, disfrutaban el contacto mutuo, ese que tanto soñaban por las noche, que tanto desearon que ocurriera al pasar los años. No podían ocultar mas ese amor que sentían. El impedimento enorme de una persona ilusionada, se había acabado, había acabado la farsa, el acting, ese de la pareja feliz y la amiga fiel. Todo eso había terminado, para darle paso a lo que verdaderamente era.

La mentira tiene patas cortas decía el dicho, pero esta las tuvo bastante largas como para correr por diez años, haciendo infelices a dos enamorados secretos, y creando ilusiones en otra persona que saldría dañada de todos modos. Ellos querían la alegría de todos, pero no se daban cuenta que intentando poder complacerlos a todos, si mismos perdían la gran oportunidad de estar juntos, de hacer brillar un amor puro y con muchos objetivos y metas por alcanzar; esas que se formaron cuando cada uno tenia apenas siete años; esas que constaban en tener tres hijos, una casa muy grande con parque detrás, y un perro lindo que juegue con los cinco; esas que los hacia vivir en un mundo fantástico donde aniñadamente eran felices; esas que crecieron junto a ellos, maltratando al corazón, por no poder cumplirlas, o creer que no se iban a cumplir.

Finalmente y bien para los dos, pero de la peor forma, la verdad le gano a la mentira en esa carrera de vida, y cruzo el cartel de llegada, saliendo a la luz. Infraganti los vio, clandestinamente juntos estaban. Una sufrida mujer que se acababa de dar cuenta de que habitaba en un mundo de falsas interrumpió en ese encuentro en el bar, a la mitad del beso y a los gritos. Él corrió tras ella. La otra mujer quedó impactada.
Pero después de todo, esa plaza era testigo de la confirmación del verdadero amor, que se hacia oficial en esa unión de labios y alma, una unión que solo era posible si el amor estaba de por medio.

-te amo –pronuncio ella, separándose apenas de su eterno enamorado
Pedro: yo también te amo Eugenia –y el deseo de conexión era más fuerte que ellos, haciendo así que volvieran a besarse.