domingo, 31 de julio de 2011

Amores universitarios

Amores universitarios

-te peleaste con Nicolas? -le preguntó Rocio al verla entrar por la puerta de la habitación, luego de unas cuantas horas de desapareccer
-por qué lo decis? -cuestionó ahora Eugenia
-y, porque siempre que te peleas con alguno de tus novios te haces algo en el pelo, y da la casualidad que no andaban las cosas muy bien, y ahora pasaste del color chocolate hermoso que tenías, a otra vez el rubio lindo. Me vas a negar que se separaron? -ella la conocía muchísimo
-es un idiota -le dejó en claro, muy enojada
-qué te hizo? -revoleó los ojos
-estaba con Maria a los besos en el medio de la plaza -le contó algo dolida
-que pibe tarado. Él es el que se la pierde -se dirigó a ella y la abrazó
-obvio. Te pensas que me voy a poner mal? No, no, no -negó y sonrió -hoy a la noche hay fiesta de bienvenida para unos chicos nuevos acá en la uni, tenemos que disfrutar -fue hacia su placard y comenzó a revisar la ropa
-disfrutá vos solita, porque yo tengo muchísimas cosas que estudiar -le informó volviéndose a sentar en su cama
-no Rocio. Vos venis conmigo, sino, voy a parecer una desesperada. Además, quiero pasar tiempo con vos -le mostró el atuendo elegido y asintieron ambas
-esta bien, pero a la primera que me dejas sola, me voy eh! -se anticipó a los hechos, ya que Eugenia tenía esa mala costumbre
-como digas. Esta noche es nuestra! -y con esa frase comenzaron los preparativos

Era viernes, empezaba el fin de semana, y debido a ese ingreso de nuevos alumnos, se organizaba en el establecimiento una pequeña fiesta para que se sientan bienvenidos.
Ellas ya se encontraban en el salón. Veían a todos pasar con sus parejas, felices. Otros tantos sentados aburridos.

-no! mirá a ese chico de ahi -exclamó Eugenia
-esta bonito. Es nuevo, no? -la de pelo corto conocía a muchas gente. Ella sabría si ya estaba en la universidad o no
-si -asintió -voy a buscar algo de tomar, esperame acá -dijo yéndose
-si en diez minutos no volves, me voy. Ya te lo aviso -le comentó casi gritando

Realmente, la de ojos verdes, no iba a buscar alguna bebida sino que quería acercarse a ese rapadito, nuevo del lugar, que le había llamado la atención instantáneamente al verlo.
Pero como no podía dejar sola a su amiga, decidió también dejarla acompañada a ella. Justo al lado de aquel joven que a ella le gustaba, había otro. Morocho, igual, o un poco mas alto. Perfecto para que se valla, Rocio esté acompañada, y que ella se quedara a solas con el suyo.

-hola -saludó amable a ambos
-hola -dijeron al unisono y un poco desentendidos
-mirá, allá hay una chica, rubia, de ojos color miel, que me dijo que le pareces muy bonito. Vas, te fijas que onda, y después me comentas? -completamente mentira, pero necesitaba que desapaeciera
-esta bien -rió entre dientes el ojiverde, y se fue
-Eugenia, vos? -ahora le hablaba al otro chico
-Pedro, Peter -sonrió
-vos también sos muy bonito -era muy sincera y directa
-gracias -volvió a sonreir -vos no te qedas atras -evidentemente había "onda" entre ambos
-sos uno de los nuevos, verdad? -quería cofirmar que no se había perdido a esa hermosura, por estar perdiendo el tiempo con Nicolas
-si, si.Yy mi amigo Pablo, el que echaste, también -acotó

Mientras tanto, Rocío miraba a su amiga sin poder creerlo. Estaba por irse, pero una mano le sujetó el brazo. Se dio vuelta algo sorprendida y asustada.

-qué haces flaco? -le preguntó de la peor manera
-disculpame, no quiero que lo tomes a mal -le aclaró. La miraba muy pacíficamente -vos sos amiga de aquella rubia de pelo corto, que esta con el pibe de pelo rapado? -preguntó para verificar si era ella quien la otra, le había dicho
-si, por qué? -su cara no era la mejor
-otra vez perdón. No quiero ponerte de mal humor y que estes con esa cara -se sentía algo culpable
-esta todo bien -sonrió apenas
-ella me dijo, seguramente como excusa, que vos habías dicho que yo era lindo -fue interrumpido
-la voy a matar. Yo a vos ni te vi -amagó a irse para donde estaba su amiga
-espera! -gritó -quizas lo hizo para quedarse con mi amigo -exactamente así había sido
-ya lo sé, pero lo dije que si me dejaba sola, me iba -estaban  parados a unos veinte metros de los otros
-entonses, lo hizo ademas, para que vos no te quedes colgada acá -dedujo
-sabes qué? yo me tengo que ir a estudiar. No tengo tiempo para fiestas. Después decile, si querés, que me fui, o no le digas. Hace lo que quieras, yo me voy -giró y se encaminó a su habitación
-cómo te llamas? -cuestionó al lado de ella. La había seguido
-Rocio -seguía caminando
-Pablo, un gusto -sonrió, pero ella no lo vio

La rubia de pelo largo llego a su habitación. Estaba algo enfadada, cansada, y con ganas de hablar seriamente con Eugenia.
Se acostó a dormir con todos esos pensamientos en la cabeza. El día siguiente sería bastante largo como para no estar con las horas de sueño necesarias. Debía estudiar para varias materias, y demás cosas.

Eugenia se había quedado en la fiesta hasta tarde, definitivamente se estaba divirtiendo mucho con Peter. Este mismo chico, a mitad de la noche, la había invitado a salir al día siguiente, y ella, encantada, aceptó sin problemas. Esto debía contárselo a su mejor amiga, pero por desgracia, cuando ingresó a su cuarto, ya estaba dormida; entonses se resignó a guardar toda su felicidad para la próxima mañana.

Se despertó temprano, fue hasta el bufete del lugar, y compró un desayuno para dos personas. Cuando volvió, la rubia de pelo largo, se estaba duchando, entonses aprovechó para preparar lo que tenía pensado.
La vio salir del baño, ella sonrió y su amiga la miró completamente sin entender. Le mostró lo preparado, Rocio se terminó de alistar y se dispusieron a desayunar.

-te queria perdir disculpas por dejarte en banda a noche, aunque no entiendo por qué rechazaste al bombonazo que te mandé -la rubia de pelo mas largo iba a hablar, pero ella no la dejo -en fin, sin que te quejes. Sé que te gusta desayunar muy bien el fin de semana, entonses acá esta -mostro todos sus dientes, como orgullosa de lo que había hecho
-por lo menos fue fructífero el hecho de que me abandonaras? -preguntó mordiendo una tostada
-ay! -gritó emocionada -no sabes! es chamuyero como él solo, pero lo hace de una forma tan caballerosa, que te enamoras -su mirada se perdió por el aire
-Eugenia te escuchas? lo viste una vez y ya imaginás cualquiera -negó con su cabeza
-bueno Ro, ayer fue la primera, hoy la segunda, y te puedo asegurar que va a haber muchas más -asintió convencida de lo que decía
-lo vas a volver a ver? -tomó un sorbo de café
-acaso no me escuchas? el morocho te voló la cabeza a vos también? -este comentario hizo que Rocio se atragantara con la bebida
-que decis? Pablo me saludó y nada más -se paró de donde estaba y fue a buscar un peine, el que estaba sobre su mesita de luz
-y cómo sabes que se llama Pablo? -Eugenia se acercó a donde estaba su amiga
-me lo dijo, no importa eso. Lo que si importa es ver como te vas a vestir para salir con ese chico, porque ayer estabas en busca de alguien, ahora lo encontraste, no tenes que estar tan... tan... bueno, vos sabes -rieron juntas
-ves que sos la mejor? -la abrazó fuertemente

La mañana se pasó entre ropa, maquillaje, y peinados. Eugenia y Pedro saldrían a almorzar, entonses tenían que terminar la "produccion" antes del mediodia. Última mirada al espejo, un toque más en el cabello y fin. La rubia de pelo corto estaba hecha una diosa, con un vestido blanco que llegaba un poco más arriba de las rodillas. Su vestimenta era suelta, fresca, tal cual su maquillaje. Esta vez no buscaba impactar, solo quería agradar, y por eso mismo, nada de taco, solo unas chatitas convinando, y el pelo, simplemente planchado y sin nada que lo sujetara.

El rapado la paso a buscar a las 12:30, entonses Rocio, como se quedaba sola, aprovechó para pedirse una enslada en el bar, y ponerse a estudiar; después de todo, estaban en la universidad, y lo más importante, era el estudio, aunque al parecer, para Eugenia, tan así no era. Ella tenía una capacidad de aprendizaje increible, y debido a eso, y a que era muy enamoradiza, le dedicaba mas tiempo al amor que al estudio.

El reloj marcó las 13, las 14, las 15, las 16, las17. Rocio no se cansaba de leer y leer libros. Eso era algo que le encantaba, sumado a que estudiaba algo referido a la literatura, tenía que hacerlo. Acostada en su cama, con un cafe con leche al lado, algunas tostadas y aún en pijama. No tenía pensado salir de su habitación, para qué cambiarse de vestimenta?

Tocaron su puerta y se sorprendió. Seguido a eso, supuso que era su amiga, que seguramente había olvidado su llave, pero al abrir, la sorpresa que se llevó, fue muy grande. Pablo, el morocho ojiverde que había conocido la noche anterior, estaba ahí parado, con unos libros en la mano, y una sonrisa inigualable.

-hola -saludó él para romper el hielo
-que haces acá? -preguntó de una, pero luego se dio cuenta de su actitud -digo, no quiero ser grosera, pero me parece raro -rió entre dientes
-si, lo sé. Pero es que Peter me dijo que tu amiga le contó que vos eras buena con el tema de comprender historias y eso. A mi no me sale, entonses quería ver si podíamos estudiar juntos, y que me expliques y todo, puede ser? -la miró de tal forma que Rocio no pudo negarse

Lo hizo pasar, cerrando la puerta detras de él, e intentando acomodar todo lo desordenado, una vez dentro. Definitivamente no esperaba visitas. Su habitación no estaba muy fuera de orden, pero su apariencia sí. Se disculpó un minuto y rápidamente fue al baño. No tenía intenciones de ponerse otra ropa, pero por lo menos sí volver a lavarse la cara, que con su bebida se había ensuciado. Cepilló sus dientes y su pelo, quedando así un poco mejor. Salió de allí y se dirigió a Pablo, quien estaba ya sentado en el escritorio con los libros abiertos.

Ambos sabían perfectamente que lo que había dicho el morocho era mentira. Nadie pide ayuda para estudiar un sábado, cuando realmente todos estan organizando para ir a bailar a la noche. Pero Rocio, al ver la disposición de él, dejó pasar por alto el hecho de que le halla mentido, para ver hasta donde llegaría.

-bueno, entonses lo que quiere decir es eso -afirmó ella asintiendo -me entendiste algo? -preguntó viendo que él solo la miraba a ella
-si, pero no comprendo por qué ella tiene que alejarse de Samuel si no quiere. Sofia puede decir lo que quiera, de ahí a que sea verdad -notablemente le había prestado atencion a lo que estuvo diciendo
-es que así son estas historias, muchas con tramas parecidas. Se conocen, se enamoran sin saberlo, les cuesta llegar a estar juntos, y cuando por fin lo están, muchos terceros en medio, miles de problemas. Se soluciona todo y terminan felices comiendo perdices -el morocho afirmó con la cabeza
-eso es cierto. Podrían buscar otras tramas, pero esta bueno leer eso así, porque aunque cuenten lo mismo, ninguna historia es igual a otra. Además, una donde todo es color de rosa, no tiene sentido -despacito, fue acercándose un poco a la rubia
-a veces si -comentó para que Pablo la mire confundido -una historia que te cuente todo lo que siente una mujer, o un hombre, a la espera de un bebé, con sus pro y sus contra, pero nadie rechazando a la criatura ni nada. Solo los nueve meses, desde que se enteran de qe está esperando un hijo, hasta el nacimiento. Sé que esos momentos no son todos felices, pero el contexto en sí, lo es, o no? -cada vez estaban más cerca
-y la nuestra? va a ser una historia color de rosa? -miraba con mucho detenimiento los ojos de ella, pero luego su vista se dirigía a los labios, con mucho deseo
-nuestra? hay algo nuestro mas que una tarde juntos estudiando? -ella no se separaba, ni quería hacerlo
-lo puede haber si vos aceptas -sonrío, y ahora solo le miraba los labios
-mm -musitó

Y eso fue lo único que hizo falta para terminar con la conversación y dar paso a un beso pasional. Rocio hacía mucho tiempo que no tenía ninguna relación, porque no encontraba a nadie indicado para ella, pero con Pablo fue diferente. Se mentiría a si misma si decía que desde el primer momento que lo vio le pasaron cosas, pero en esa tarde, sintió que su persistencia para con ella era tierna, y lo veía interesado de verdad; entonses siíquizo darle una oportunidad a él y a su vida también.

Se besaban ya no con ternura, sino con desenfreno. La unión de sus labios era completamente desesperada, pero no bizarra. Poco a poco fueron parandose, sin despegar sus labios. Caminaron hasta la cama, como pudieron y cayeron en ella.
Obviamente no iba a pasar nada, era el primer contacto entre ambos, más que un beso no iba a ser, pero la química qe tenían se notaba en la pasión qe sentían y demostraban besándose.

Cuando se hicieorn las 20 horas, Eugenia ingresó a la habitación, de la mano de Juan Pedro, encontrándose con una nota, de puño y letra de Rocio, que decía que había ido a pasear por ahí con alguien, y que a su regreso le contaba todo. La rubia allí presente se ríó al leer aquello, debido a que su chico le habia contado, que esa misma tarde, Pablo iba a intentar acercársele a su amiga.

Nero no dando más importancia, y pasando a lo suyo, buscó entre sus cosas, unas peliculas nuevas que había comprado. Puso una en el DVD y se sentó junto a él en su cama, abrazados y muy mimosos entre si.
Realmente lo que menos hacían, era prestarle atención a lo que sucedía en la pantalla, y por eso mismo, de un momento a otro, la rubia se separó de él, apagó todo, incluyendo las luces, y volvió a donde estaba, para continuar besándose.

-sos tan linda -comentó él, entre los labios de ella
-vos también, y necesitaba algo como vos hace un tiempito -afirmó
-algo como yo, cómo? -sus ojos ya estaban abiertos, pero aún sus bocas seguían juntas
-así, bonito, tierno y comprensible -Eugenia se había separado apenas, chocando sus frentes, para respirar y hablar bien
-malas expeciencias anteriores? -dedujo preguntando
-exactamente, pero la verdad, si no lo hubiera visto engañádome a ese rubio, hoy no estaría con vos, así que a pesar del dolor que sentí, valió la pena -sonrió de costado
-no te preocupes que yo no te voy a engañar, o por lo menos no me vas a ver haciéndolo -rió entre dientes y recibió un golpecito despacio de ella, en la boca del estómago
-te quiero tonto - volvieron a besarse tan tiernamente como antes

Se podia ver en ellos el cariño que empezaba a florecer, porque aunque la relación había empezado gracias a que ella quería sacarse la bronca que tenía, producida por Nicolas, conoció en Juan Pedro, un ser que supo hacerla olvidar todo lo malo, el dolor y el resentimiento, y sacar lo mejor de ella.

Aproximadamente a las 22 hs, ambas rubias ya se encontraban juntas en su habitación. Ninguna había dicho nada hasta el momento. Estaban muy entretenidas con sus teléfonos celulares, mensajándose con sus chicos. Y el silencio abundó en ese lugar, hasta que la ojiverde decidió romperlo.

-estudiaste mucho? -preguntó riendo entre dientes
-si, algo. Pero acompañada -sonrió, tambien con risa
-me vas a decir que el morocho vino a estudiar? -mordió su labio inferior en señal de no creerlo
-excusa muy usada, pero sí -asintió, e instantáneamente, su amiga se sentó delante de ella
-me contas todo wacha! -dijo casi gritando
-estoy cansada, mañana, si? -se acostó lentamente, dándole la espalda
-quedamos así, eh! -ella también se dispuso a domir

Rocío intentó consiliar el sueño, de hecho, lo estaba logrando, pero otro mensaje la distrajo. Y a pesar de estar cansada, sonrió al ver quien era el que se lo enviaba.

de Pablo:
disculpame, sé que me dijiste que te ibas a domir, pero hablando con el rapado, se nos ocurrió que mañana podríamos almorzar los cuatro juntos. Se copan ustedes? (decime por favor que no estabas durmiendo, que me mato si te desperté)

de rocio:
estaba en proceso de dormir, pero todo bien :) nos RE copamos. Mañana pasennos a buscar a las 13:30, dale? besito, lindo

La noche pasó rápido para las dos. Tenían tantas ansias del día siguiente, que durmieron hasta pensando en aquello. Eugenia era una persona enamoradiza y se la vaía contenta la mayor parte del tiempo, exceptuando cuando los homres jugaban con ella, que eso, obviamente, la destrozaba; pero en cambio, Rocio casi no daba espacio en su vida al amor, entonses verla así, era raro, pero hermoso a la vez, y más para ella misma.

La de ojos mieles se levantó mas temprano, porque ella sabia del plan de ese mediodía, pero su amiga no. Se higienizó, cambió, peinó y maquilló, y cuando trajo el desayuno, a las 10 de la mañana, despertó a su amiga, quien por unos instantes tuvo mal humor, debido a que un domingo a esa hora, quería estar durmiendo.

-bueno querida, si querés seguir durmiendo, le digo a Peter que ustedes no salen, y me voy yo sola con Pablo -habló mientras la miraba entre seria y risueña
-que? -se sobresaltó
-hola Eushi. Te cuento que a las 13:30 nos pasan a buscar los chicos para ir a almorzar. Se les ocurrió anoche, y me mandó un mensaje el morocho. Te lo digo ahora porque ayer no quería molestarte cuando ya estabas dormida -sonrió
-me estas jodiendo? no llego a preparme Rocio! -gritó histérica y se metió al baño rápido
-pero fantan dos horas -dijo cuando ya no la escuchaba

El timbre sonó, una hora antes de lo acordado. La rubia pelicorta, que ya estaba histérica, se alteró mas aún. Rocio fue a atender, encontrándose con el ojiverde sonriendo. salió afuera con él, para así su amiga se terminaba de preparar y ella podia hablar con su chico, tranquilamente.

-que haces aca? -cuestionó con una sonrisa en su rostro
-si querés me voy -amagó a irse, pero ella lo tomó del brazo
-no, quiero que te quedes -se acercó mucho a él, rozando sus labios
-como anda la mas linda de todas? -no se separaban para nada
-ahí adentro, alistándose -rió entre dientes
-disculpame, yo la veo acá conmigo -le robó un corto beso
-mm -musitó -que dulce qe sos -sus ojos estaban cerrados

Pablo la beso nuevamente, pero ahora bien; un beso tierno y duradero, tomaban aire apenas, y continuaban besándose. A ella le encantaba esto, poder estar con alguien tan buena persona, que la sepa tratar y hacer sentir bien. Y él disfrutaba mas aún. Anteriormente había sufrido por amor, pero seguía abierto a ese sentimiento, porque no perdía las esperanzas de encontrar a la persona indicada, que lo acompañe por el resto de sus dias.

-perdon, no -asomó por la puerta, Eugenia -si tu novio llega antes no es mi culpa, pero vos tenes que ayudarme a mi, sí? entrá por favor! -seguía con ese humor de antes
-no es mi novio! -miró al morocho sonrojada -y ya entro -la pelicorta desapareció -disculpame, tengo que ir con ella -sonrió a medias
-no hay problema -mostró toda la perfección de sus dientes -nos vemos mas tarde rubiecita -se acercó a ella y unió sus labios cortamente -le voy a avisar a Pitt que su chica es una histérica -rió y se fue

Una vez listas y preparadas definitivamente, Eugenia le mandó un mensajito al rapado, avisándole que ya podían pasarlas a buscar. Automaticamente luego de eso, sonó el timbre. Los chicos estaban esperándolas hacía unos diez minutos en la puerta, y por indicación de Rocio, se quedaron allí hasta recibir algún mensaje.

-a dónde es que vamos? -preguntó curiosa la rubia de ojos mieles
-tu novio estuvo jodiendo toda la noche con un resto nuevo que hay por acá, asi que él nos va a llevas ahi -sonrió Peter
-no es mi novia -bajó la vista avergonzado
-cómo vamos? -cambió de tema la otra rubia
-en su auto -volvió a hablar el rapado
-venis adelante conmigo? -ofreció por lo bajo el ojiverde a Rocio
-si -sonrió contenta ella

Llegaron al lugar indicado en unos quince minutos. Pidieron una mesa, pero antes, Pablo habló con una mesera, entonses los llevaron hasta la terraza, donde solo habia una preparada. Las chicas miraban la situación extrañadas, pero ellos sabían qué sucedía.

-nos perdimos de algo? -Eugenia era muy directa
-mi tío es el dueño del lugar -rió Pablo
-qué pensaron? -preguntó Pedro
-nada, nada -Rocio no hablaba
-pasa algo Ro? -le preguntó el morocho, sin que los otros escuchen y ella negó con la cabeza
-nos sentamos a comer? -la chica de pelo mas cortó notó que su amiga estaba algo incómoda, entonses decidió ayudarla, saliendo de ese momento

Comenzó el almuerzo. Hablanban solamente Eugenia y Juan Pedro, ya que los otros dos solo se miraban y sonreían.

-Rochi, me acommpañas? te quiero mostrar algo -le tomó la mano y se fueron
-nos dejaron solos -sonrió pícara
-y eso a mi me encanta -acotó él, tomándole el rostro por la barbilla y acercándose a ella
-a mi me encantas vos -la rubia no paraba de mirar los labios del chico
-no me resisto más -dijo casi inaudible y terminó con la distancia que los separaba

La relación aquella era diferente a todas. Dos personas con mucho cariño para entregar, que de una buena vez, encontraron a la pareja correcta. Se besaban con pasión, toda la que sentían estando juntos. Un nuevo amor nacía, un amor universitario único e inigualable, apasionado y necesitado.

Mientras tanto, Pablo y Rocio estaban sentados sobre una pared baja, que delimitaba la terraza. Desde allí se podía ver el barrio hermoso donde se encontraban. Permanecían en silencio, pero se veían de vez en vez, de reojo, como dos nenes con vergüenza.

-gracias -dijo ella aún mirando el horizonte
-por que? -tenía sus ojos clavados en la rubia
-por hacerme pasarla tan bien -corrió la vista hacia él -y con tan buena compañía -sonrió
-no me agradezcas linda -le acarició la mejilla con ternura -hago todo lo posible para que estes bien, porque a pesar de qe te conocí hace poquito, ya me importas, mucho -se miraban fijamente, expresando más así que mediante palabras
-te quiero -seguían mirandose, pero lentamente se acercaron, hasta unir sus labios con los del otro

El de Eugenia y Pedro era un amor pasional, pero el de ellos era de lo más tierno. Delicado y suave, dulce y tranquilo. Características de una pareja particular, pareja con necesidad de amor por parte de ambos. Ellos eran complementos perfectos para cada uno. Rocio necesitaba algo de alegría amorosa en su vida, y Pablo necesitaba tener a alguien a quien complacer y dar todo su amor.

-ey, trajeron el postre, vienen? -se escuchó un grito de Peter, el cual interrumpió el beso
-ya vamos -contestó revoleando los ojos Pablo
-después seguimos con lo nuestro -sonrió la rubia y se levantó de donde estaba, yendo hasta los otros dos, con su chico siguiéndola
-Rochi, yo tengo una pregunta para vos -dijo el rapado viéndola sentarse
-decime Peter -serena, comenzó a comer sus frutillas con crema
-cómo hizo este gil para estra con vos? porque si escuchabas las muchas cosas que me decia, de que estaba loco de amor, y demás, te aseguro que ni te le acercabas -reían los cuatro
-no seas malo con él -entrelazó su mano con el chico en cuestión -y se podría decir que tu amigo tiene un chamuyo muy tierno, eso es lo que me gusta -sonrió sincera y le tiró un beso al morocho

Esto era lo que se diría, una junta de dos amor universitarios nuevos. Y eso eran. Amores universitarios. Raros, únicos y especiales, que hacían sentir vivos a los jóvenes que los trancitaban.

miércoles, 27 de julio de 2011

Amor con cuidado

Amar con cuidado

La vieron caminar por el patio del colegio con un chico unos cuantos años mayor que ella, tomados de la mano y muy sonrientes. A la chica, le encantaba su forma de ser, pero mas que nada la seguridad que le daba, que sentía estando con él. Si se los veía, parecían un chico con su hermana menor, por el tan particular cuidado y delicadeza con la que la trataba, pero realmente eran una pareja, muy reciente, pero novios en si.

Ella nunca lo persiguió, pero siempre lo miraba, tímida y con disimulación, aunque él era astuto, y notaba la vista de ella en su persona. Un día se le acercó, dejándola helada y completamente nerviosa. Sus amigas se fueron del lugar y él pudo hablarle mas tranquilo. Le decía cosas lindas y ella cada vez se enamoraba más.

Así pasaron las semanas. La chica nunca más mencionó al chico con sus amigas; ellas pensaban que había sido solo una obseción del momento, y que aquella vez que charlaron, él la habia desepcionado; pero quedaron sorprendidas ese mismo día. Al verlos de esa manera, todos quedaron atónitos. No se pasaba por alto que él era uno de los mas lindos de la institución, y estaba con una menor, que nadie registraba.

Llegaron hasta el pasillo de las aulas, caminando, sin darse cuenta. Ella tomaba una gaseosa, y él la miraba atento y silencioso. Estando a su lado, la ruba, Rocio, se ponía un poco nerviosa, porque a pesar de que ya eran novios, no paraba de pensar en todo lo que los demás seguro decían ahora de ella, porque quizás, muchas hablaban, opinaban que el morocho de ojos verdes, Pablo, la estaba usando, jugaba con una menor, creándole falsas esperanzas, para después hacerla sufrir, pero sabía que así no era, porque las tantas veces que hablaban, él le aclaraba que no tenía que escuchar a los demás, porque no era una mala persona como creían ellos. Tal vez ingenua, pero Rocio le daba credibilidad a su palabra.

De repente, la rubia tuvo ganas de besarlo, entonces, torpe, giró, para mirarlo de frente, pero de esta manera, le volcó su bebida en la chomba blanca de él, ensuciándolo.
Ella se tapó la boca preocupada, ni siquiera lo miraba a los ojos, por lo avergonzada que se sentía. A todo esto, Pablo se reía entre dientes.

-si... si queres... podemos ir al baño... y te limpio -le ofreció Rocio aún con la vista gacha
-me miras? -le pidió dulce y ella hizo caso -sos tan linda cuando te pones así -le acarició el rostro
-vení conmigo -le tomó la mano y se dirigió hacia dionde antes le había dicho

Entraron y fueron hasta las piletas, para allí poder intentar hacer algo con la remera. Ella lo observó a él, y luego a su vestimenta. Pablo entendió perfectamente, y bajo la mirada atenta y no disimulada de Rocio, se quitó lo sucio y se lo entregó.
El  torso marcado de él estaba al descubierto, y eso hacía que, notablemente, ella esté más que nerviosa.
A pesar de eso, intentó no hacérselo saber a él, entonces tomó la chomba, y comenzó a mojarla y fregarla. En si, hacía todo eso para no pensar en la situación.

-te ayudo -comentó, para luego colocarse detras de ella, poner sus manos arriba de las suyas y hacer lo mismo que si
-pu...puedo sola, no... no te preocupes -era su primer novio enserio, su primer experiencia en el amor, se entendía su posición

Instantanea y bruscamente, Pablo dejó a un lado la remera, y la dio vuelta a ella. Pegó sus cuerpos y rozó sus labios, mirándola fijamente a los ojos color miel que tanto lo cautivaban. Ella fue cerrándolos despacio para así apoderarse de los labios de su novio, al cual tanto quería, y agradecía por todo lo nuevo que la estaba haciendo sentir.

El beso fue tomando mas sabor. En ese lugar estaban solo ellos, nada del exterior importaba, en su mundo permanecían unicamente los dos, besándose, queriéndose, disfrutándose.
Pablo, lentamente pasó una de sus manos por debajo de la remera de ella, explorando toda su espalda, tan cuidada y suave como la de una niña pequeña, y con la otra acariciaba, sumamente tierno, su mejilla. A Rocio, esto mismo, le encantaba, pero
se sentía algo insegura, y a pesar de no querer mostrarlo, Pablo se dio cuenta de ello.

-no va a pasar nada que no quieras, tranqui rubia -dijo aun entre sus labios. Ella tenía sus manos en la nuca de él, jugando con su pelo, mientras que el morocho la tocaba sutilmente. Ambos con los ojos cerrados
-gracias -agregó la rubia sin intenciones de separarse
-p... por... por qué? -preguntó como pudo
-por amarme con tanto cuidado -respondió diciendo cada palabra con una pausa de besos entre sí

No despegaban sus bocas por ninguna razón. El aire de ese baño cada vez estaba mas inundado de suspiros y palabras bonitas, pero como bien había dicho Pablo, no iba a pasar a mayores, simplemente se besaban con pasión, demostrándose así todo su cuidadoso amor.

viernes, 22 de julio de 2011

Diferencias sociales

Diferencias sociales

-Chicas, yo me voy –avisó ella
-Ro, vos te vas a ir con ese en aquella moto? –preguntó su amiga con tono despectivo
-si, por qué? –cuestionó
-ay gordi, no podes. Esta muy mal que te mezcles con esa clase de gente. Vos tenés plata, él no creo, vos vas a este colegio, él al de acá dos cuadras, público y horrible. No da! –contestó otra de las presentes
-Eugenia no me jodas. Yo hago lo que quiero, y aunque ustedes lo acepten o no, él es mi novio, así que chau, me voy con él en esa moto a donde se me cante, si? –a Rocío le molestaban demasiado esos planteos reiterados y discriminatorios
-encima se te pega ese vocabulario blacky. Rocío vas de mal en peor –acotó la petiza morocha mientras que la rubia se iba

Rocío fue hasta donde su novio la esperaba. Vereda de enfrente, sentado arriba de la moto, con el casco y haciendo una disimulada seña para que lo vuelva a ubicar. Al llegar a él, lo beso suave y cortamente, luego se subió al vehiculo, detrás y se encaminaron hacia donde se les ocurriera en el recorrido.

-que te decían tus amigas hoy? –preguntó riendo él, cuando ya estaban al lado de la ruta, bajo un árbol, parados, ella contra el tronco
-las mismas boludeces de siempre –revoleó los ojos –que sos pobre, de otra clase social, que no da que salgamos, que no sos para mí, puro bla, bla sin justificativo -puntualizó
-y vos crees todas esas cosas que dicen? –cuestionó hablando enserio
-no Pablo, si yo sería tan hueca para tener esos pensamientos no saldría con vos, o si? –él bajó la vista –ey, qué te pasa? –le acarició la cara
-no sé si vos mereces salir con alguien como yo –sus pensamientos eran aquellos
-una pregunta, dónde está el morocho de ojos verdes que me besó de prepo a la salida de mi colegio hace como dos meses? Dónde está el que me demostró que las diferencias sociales no importan? Vos lo viste? Porque parece que esta tarde se esfumó –ella también hablaba enserio
-te quiero mucho –repentinamente le tomó el rostro y la besó, dejando a un lado la ternura, reinando la pasión en dicho contacto

Aun apoyados contra el árbol, el beso tomaba más sabor, subiendo así también un poco la temperatura de la situación, pero de un momento a otro, Rocío se separó con una sonrisa inigualable en su rostro.

-qué estas pensando rubia? –preguntó él, aun teniéndola por la cintura
-me acompañas a mi casa? –la miró confundido
-para qué? –gran pregunta
-tengo una idea que te va a encantar –seguía sonriendo espléndidamente
-si vos decís –le dio un último beso tierno y se marcharon hacia donde ella había dicho

Llegaron a destino. Rocío le pidió que se quedara unos segundos en la planta inferior de su casa, mientras ella buscaba sus cosas. Pensaba que nadie iba a aparecer en su casa a esa hora, pero se equivocó.
La madre de ella ingresó en el lugar, y al ver a Pablo, pensó que era un ladrón. Gritó espantada, y debido a eso, la rubia supo lo que sucedía.

-mamá no te alarmes! Él es mi novio, me esta esperando a mí –dijo sin anestesia para que su madre quede con la boca abierta sentada en el sillón
-Rocío, vos y yo tenemos que hablar –le avisó mientras la veía bajar las escaleras
-el lunes a la madrugada si? Ahora me estoy yendo, y hasta ese momento no vuelvo –sonrió falsa, tomó la mano del morocho y se encaminó hacia la puerta de salida
-disculpame, pero a quién le pediste permiso? –cuestionó intentando detenerla
-chau mamá, nos vemos después –salió de allí haciendo caso omiso a todo

Subieron a la moto y comenzaron viaje. Pablo no sabía realmente hacia donde tenía pensado Rocío ir, entonces decidió frenar en un bar, e ir a tomar algo, para hablar y dejar en claro las cosas. Ella no se sorprendió, pues lo conocía, y además, el tiempo le sobraba.

-rubia, a dónde tenés pensado ir hasta el lunes a la madrugada? –ambos ya estaban sentados en una mesa tomando café
-al campo de mi tía, que no queda muy lejos –sonrió y mordió una medialuna
-eh? Vos querés que yo vaya con vos a visitar a tu familia? –no podía creerlo
-en realidad, ella falleció el año pasado, y todo eso es mío, pero yo sigo diciendo que es de ella, para que no me jodan –tomó un sorbo
-vos estas segura? –él no comía nada, solo se limitaba a mirarla
-más que segura. Además si ya se lo dije a mi mama, no hay ningún problema. A menos que vos no quieras ir, y en ese caso me debería volver a casa –fijó su vista en el morocho
-sos tan linda –acarició su rostro perfecto, con mucha delicadeza
-eso es un “si vamos”? –preguntó emocionada
-a donde vos quieras, por el resto de mi vida –se levantó de su asiento, caminó unos pocos paso, para llegar a ella, estirarle la mano, y marcharse de allí, por supuesto, antes pagando todo

Una vez afuera, a punto de emprender el corto viaje que debían hacer, sin sus cascos puesto, Rocío le tomó la cara con ambas manos suyas y lo besó tierna pero apasionadamente a la vez. Demostrándole a él que nada de lo que dijeran los demás, ya sean sus amigas, o su familia, le importaba. Demostrándole al mundo que no tiene espacio, en una relación, la diferencia de clases sociales, eso es algo que no interfiere, porque el amor verdadero va mas allá de todos los prejuicios de la sociedad, el amor llega hasta donde los corazones se lo permiten. El amor vuela por los aires, haciendo felices a sus protagonistas.

jueves, 21 de julio de 2011

Me gustas mucho

Me gustas mucho

-todo bien, sos nuestro amigo, lo que quieras, pero estando con nosotros no podes vestirte así -negó con su cabeza el cachetón, viendo como estaba vestido su amigo
-no me importa la apariencia, yo solo quiero aprobar todas las materias, para poder ingresar con facilidad a una buena universidad -aseguró
-encima mirá como hablas! Agustín tiene razón, cómo es que somos tus amigos? -acotó el rubio pelilargo
-gracias eh! pero la verdad sé que me quieren -asintió
-para peor, cursi. No lo puedo creer, cada vez sorprendés más -ahora habló el rapado

~

-vos sos puro bla, bla. Nunca haces nada -le dijeron y ella miró a su amiga
-querés ver que no es tan así? -desafiante
-qué vas a hacer rubia? -preguntó la más petiza de entre ellas
-mírenme -y decidida encaró hacia donde estaba el chico que la volvía loca, a pesar de no ser nada que ver a lo que se decia  "un chico fachero". Prolijidad extrema, unirforme muy arreglado, demasiado estudioso y nada de fiestas

Se metió entre sus amigos sin importarle nada. Todos la miraban sin entender. Lo tomó del rostro y directamente lo besó, sabiendo que él no se iba a negar. Todo lo contrario, el morocho le correspondió felizmente, dejando a los que miraban más que atónitos. Ella se separó apenas, le sonrió, entrelazó su mano con la de él y lo llevó lejos de ahí.

Llegaron hasta la sala de materiales de educación física, ingresaron allí y trabaron la puerta. Ese recreo era bastante largo, tenían tiempo para ellos. Automáticamente luego de estar solos de verdad y sin miradas clavadas sobre ellos, la rubia, Rocio en realidad, se aferró al cuello de él, Pablo precisamente. Lo abraza, lo miraba y rozaba sus labios. Esperaba que él se animara a avanzar, y por suerte para ella, eso no tardó en suceder.

Ella se sentía en el cielo. Tenía cierta seguridad de que iba a conseguir acercarse a Pablo, aunque nunca creyó que iba a ser de esa manera, pero de todos modos, era algo de lo que menos le importaba. Le gustaba desde hacía mucho. Sus amigas no le creían, se animó, y ganó.
Pablo aún seguía sin entender nada. Él, un chico nerd de 6to año, al cual casi nadie soportaba por su forma de hablar y de ser, tenía amigos increibles, y veía el amor muy lejano. Recién ahora se daba cuenta lo equivocado que estaba.

Poco a poco ella fue desarreglandole la vestimenta. Sacó su  corbata y la tiró al suelo. Segundos luego, él mismo se deshizo de su campera. Mientras todo esto sucedía (pegados contra una pared de ese pequeño cuarto del colegio), no dejaban de besarse, esa conexión experimentada por primera vez hace intantes atrás, les había encantado a ambos, a tal punto de no querer separarse más.

Rocio comenzó a colocar sus manos bajo la camisa de él. Tocando toda su espalda, disfrutando del contacto. Pablo no se quedaba atrás, besaba el cuello de ella con pasión, una que nunca había sentido por nada ni nadie, y que jamás había imaginado sentir. Juntos estaban aprendiendo a querer a alguien, sin decir nada, mirándose de reojo y con cariño, tocándose con delicadeza, besándose con ternura.

Pero no todo siempre es color de rosa, algo tuvo que interrumpir aquello. No fue una persona sino un sonido en particular: el timbre del recreo, anunciando su fin. Si era por Rocio, se quedaban allí hasta cualquier hora, pero lo conocía al chico, sabía la importancia que él le daba a los estudios, entonses, como deseaba que se sienta respetado por ella, se separó lentamente, sin quitarle la mirada de encima.

-me gustas mucho. Anotate que esto no queda acá -sonrió, se acomodó su ropa y se fue, dejando a Pablo más que contento. Suspiró, la alegría inundó su rostro y también se marchó

De esta misma manera, nacía un nuevo amor. Rara la forma y raro el amor, pero qué importaba eso? Comenzaba una nueva pareja, con sentimientos guardados por parte de ella y una frase que le quedó flotanto todo el resto de la mañana, en la cabeza, a él: "me gustas mucho". Inconsientemente al morocho le pasaba exactamente lo mismo, Rocio le gustaba mucho.


domingo, 17 de julio de 2011

16 - Hoy te vi

15 - mirame, mirate

Un amor diferente

Un amor diferente

-ey gordo, estas por acá? -preguntó ella entrando a la habitacion de él
-Rochi? qué haces acá? -cuestionó cuando salía del baño e ingresaba allí
-quiero hablar con alguien -confesó y se sentó en la cama
-problemas amorosos? -se situó a su lado
-no, esta todo bien eso, por suerte -sonrió apenas
-entonses? -por mas preguntas que hiciera, él sabía qué sucedía
-me conoces morocho -ambos asintieron
-basta gorda de ponerte mal por ellos, no lo valen -le acarició la cara
-son tus amigos eh! -le "recordó"
-lo sé, pero por lo que te hicieron, todavía no sé si perdornarlos -informó
-Pablo, no te pelees con ellos por mí -negó rotundamente
-y qué querés que haga? -la miraba fijo
-me ayudas a reirme de esto? por favor -hizo una media sonrisa, contagiándolo a él también
-si vos querés -frunció sus hombros, y luego se le acercó para hacerle cosquillas
-así no! -gritaba ella riendo
-qué quéres hacer rubia? -la dejó respirar unos segundos
-contestame una cosa -se acomodó nuevamente -ellos se siguen burlando de mi "condición", como la llaman? -Pablo se puso un poco mas serio
-no te burlan tanto, directamente no te aceptan -comentó un poco dolido él mismo
-y no te dicen nada porque vos seguis estando conmigo? -hace unos meses se sabía la verdad, y por esto mismo, a Rocio le habían dejado de hablar todos sus anteriores amigos, exceptuando el morocho ojiverde
-me preguntan qué onda y a veces se zarpan en las jodas -miró para otro lado
-qué dicen? -se paró junto a él, quien ya estaba al lado de la ventana mirando para afuera
-no quiero que sepas y menos repetir esas cosas. Igual, saben que delante mío, por lo menos ya no pueden comentar más, porque bueno, al principio pensé que era hasta que lo aceptaran, pero ahora me cansa demasiado. Y si acotan algo, obviamente te defiendo -bajo la cabeza apenas y luego la levantó -Sigo sin creer como son tan cerrados de mente -le contaba todo esto, porque había llegado el momento, en el que la rubia ya estaba preparada para escucharlo
-no pasa nada Pabl... -no continuó hablando, debido a que un mensaje de texto le llegó. Automáticamente sonrió al ver de quién era y qué decía
-tu amorcito? -indagó él, bromeando
-sí -su sonrisa era más que brillante -no es un amor enserio? -le mostró la pantalla de su celular
-el amor, el amor -suspiró y rió -se quieren, verdad? -la miraba dulce
-muchísimo -asintió -y vos? alguna chica? -lo codeó entre risas
-solterito y sin apuros. Serías la primera en saber; igual por ahora me conformo con ver feliz a mi más amiga, sé todo lo que sufriste -ella lo miró e instantaneamente se abrazaron fuertemente
-sabes qué? me voy a ir yendo, porque sino me mata -hizo una cara graciosa -muchas gracias por dedicarme tu tiempo, escucharme y hacerme reir. Necesitaba mucho esto con vos -sonrió
-que se repita eh! -la acompañó hasta la puerta y se despidió

Luego, Rocio fue hasta su departamento, más que feliz. Todo lo que había ocurrido hace unas semanas atras, ya casi ni le importaban. Sabía como era la sociedad en ese entonses, nunca había creído que sus compañeros eran tan así, pero efectivamente se equivocó. El único que la apoyo fue Pablo, su mejor amigo, que ya se había enterado de todo, desde hacía mucho antes. En el tiempo transcurrido hasta ahora, él era quien más podía contenerla, ya que se conocían desde antes, y la quería demasiado como para juzgarla y rechazarla.

Llegó a destino, abrió la puerta y buscó por las habitaciones del lugar, hasta que encontró a quien ella buscaba en la habitación. Caminando por atras, le tapó los ojos, en forma de juego, y besó su cachete. Segundos luego, quedaron frente a frente y se miraron sin decir nada, en sumo silencio y a la vez, expresando todo lo que sus corazones sentían. Estar compartiendo cosas les hacía muy bien, porque a pesar de todo lo que se decía, podían disfrutar su amor entre sí.

Rocio le tomó la mano y fue caminando así hasta el living del departamento. Se sentaron, nuevamente mirándose fijo y sonrientes. Minutos después fue acercándosele, tomándole la cara con mucha delicadeza, y depositando un beso sobre sus labios. Un beso que no mucha gente aceptaba, un beso de un amor un poco diferente, un beso de dos personas con ideología distinta a la actual, o que las rodeaba. Un beso de amor real que prometía perdurar.

-Rochi, rocio quiere mucho a su Vicky, Victoria -dijo entre labios la rubia, sonriéndole a la morocha que estaba frente suyo, chocando sus narices con mucha ternura.

miércoles, 13 de julio de 2011

14 - Y Si Alguna Vez

13 - Pueden sacar fotos

12 - Quiero Salir del Paraiso

11 -Voy por mas & Va que va

10 - Cada Vez Que sale el sol

09 -Vuelvo a casa

08 - Pensando en vos

07 - Mi corazon

06 - Loco

05 - Miedo a perderte

04 - A Ver si pueden (2)

03 - A Ver si pueden

02 - 2º Estoy aqui otra vez

01 - Cantando, la Vida es Mejor - 1º parte Estoy Aqui Otra vez

Más amada sería un exceso.