viernes, 30 de diciembre de 2011

Asignatura pendiente

Asignatura pendiente

Llegaban a la fiesta tomados de la mano, con sonrisas inmensas en sus rostros, reflejando así el feliz momento que estaban pasando. Ella lo divisó a lo lejos, y decidida, se acercó a ellos, más precisamente a él, con determinación.
Saltó sobre él efusivamente, pasando sus brazos por el cuello de este y abrazándolo muy cariñosamente, bajo la mirada seria de ella

-ay, Pablito te extrañé un montón -le dio un beso en el cachete -estas muy desaparecido -negó con la cabeza
-es que, ando trabajando mucho -se rascó la cabeza, muestra explícita de nerviosismo -ella es mi novia -fijó su vista en la chica que estaba a su lado -Olivia, ella es Rochi, mi mejor amiga -Rocio, la rubia mas platinada, le sonrió a la chica, quien también era rubia, pero en un tono mas oscuro

~

Rato más tarde, Pablo, el chico morocho de pelo alborotado, se encontraba rodeado de sus amigos, en el patio de aquella casa enfiestada. Todos sentados al rededor de la mesa en la cual estaban apoyadas las bebidas que estaban tomando.
Olivia estaba en el baño, entonces Rocio aprovechó para acercarse a su amigo. Fue sin ninguna intensión, solo que buscó ese momento debido a que notó que la otra chica, era muy celosa, y lo mostraba directamente con la mirada.

-no me contaste que estabas de novio -lo miró negando, pero riendo luego
-em, nena -la otra rubia había llegado -te podes salir de arriba de mi novio, por favor? -los miraba seriamente
-esta bien -riendo entre dientes, Rocío se paró y se fue de aquel lugar
-Pablo vos sos o te haces? -a Olivia se la notaba un tanto enojado
-Oli, es mi mejor amiga, no te enojes -le acarició el rostro suavemente. Ella giró su cara, molesta -me voy a buscar algo mas de tomar adentro, si? -su novia asintió, y él se marchó

~

Pablo estaba en la cocina, pensando en silencio. Si bien en el living la música estaba bastante fuerte, y no había nada de tranquilidad en donde él se encontraba, sus pensamientos volaban fuera de allí, recordando viejos sucesos de su vida, algo que lo había marcado muchísimo, y se pedía todos los días olvidar, pero no podía, algo en su propio ser se lo impedía.
Repentinamente esos pensamientos fueron interrumpidos, la voz de su amiga se escuchó en aquella habitación de la casa, haciendo que él vuelva en si.

-volviste al planeta ya? -rió ella
-perdón, me quedé tildado pensando en otra cosa -tomó un sorbo del vaso que se había servido anteriormente
-sí, eso lo noté. Pero en qué cosa estabas tan centrado Pabli? -se le acercó un poco más. La música casi no los dejaba escucharse
-vos cómo haces para seguir así como así? -el chico clavó su mirada en ella, y esta misma cambió la suya. Ahora estaba más seria -sabés a qué me refiero, no preguntes -sonrió de costado
-vos seguís así como si nada, mirate, tenés novia -se miraban fijo
-eso no quiere decir nada -apoyó la bebida en la mesada
-para mí sí dice, y mucho -negó con la cabeza
-te demuestro que no? -ahora él se acercó un poco más
-disculpen, interrumpo? -Olivia apareció, haciendo que rápidamente ellos se separen
-para nada, o no Pabli? -Rocío sonrió y se fue de allí
-siempre que te vea vas a estar con ella? -pero no esperó respuesta, pues al notar la cara de su novio, se le aproximó preocupada -estas bien? te hizo algo esa? -lo acarició dulce
-no la trates así, es mi mejor amiga, ya te lo expliqué -bajó la vista, pasándose la mano por los ojos, evitando que unas lágrimas le cayeran
-seguro que estas bien? -hacía bien en dudar
-sí, sí. Vamos a bailar un poco? -cambió de tema rápido, tenía que salir de esa situación como sea

~

Mientras bailaba, ellos dos cruzaban miradas. Ella sonreía pícara, él solo le sonreía. A veces Pablo negaba y Rocio asentía, otras veces al revés. Pero siempre mantenían contacto visual. En un momento, Olivia, quien a pesar de no tener la atención de su novio, estaba a su lado, se encontró con un amigo, Nicolas, y decidió ir con él. Necesitaba desahogar los sentimientos que tenía dentro, respecto a esa situacíon, y el ojiverde no era la persona indicada, notablemente.
En ese instante, la rubia y el morocho, aprovecharon para irse juntos también, tenían esa charla pendiente, y no había mejor ocasión que esa, ya que la otra rubia había desaparecido de la vista.

-me encanta que entiendas mis señas -rió entre dientes la chica
-igual era muy obvio, me decías que te siga y te fuiste. No es muy complicado Rochi -él también rió
-bueno che. No me hagas sentir tonta -se cruzó de brazos e hizo "trompita"
-sos tan linda -la atrajo hacia él y la abrazó
-hablamos? -se separaron y se sentaron en unos bancos. Estaban en una parte alejada del patio
-no lo digas tan seria que me asustas -le dio un empujoncito juguetón
-me dolió verte con tu novia, sabes? -bajó la vista al suelo
-ya te había contado -él también miró el suelo -me estas haciendo sentir mal, eso no me gusta -negó
-querés que ambos sonriamos? -lentamente colocó una de sus manos en la mejilla de él, y este simplemente la miró

Rocio era una chica lanzada, en cambio Pablo era un chico tímido. Quizás roles invertidos, pero quien dio el primer pasó para repetir aquello que había sucedido hace tan solo unos pocos meses, fue ella. Se le acercó, mirándolo intensamente, sabiendo perfectamente lo que estaba por hacer, y el morocho, por supuesto, no puso ninguna resistencia. De todos modos, algo de culpa le causaba, Olivia era una persona maravillosa, sí bastante celosa, pero él la había conocido así, y de esa manera le gustó. Aunque nada ni nadie podía opacar el amor inmenso que sentía por esa rubia que tenía en frente y conocía tanto como su palpa de la mano.
Poco a poco y mutuamente iban explorando todo con ese beso; la lengua de él recorría
la boca de ella, sin dejar espacio sin saborear. Pero a ella lo que mas le gustaba era jugar con sus labios; sentirlos besándola nuevamente era algo que no podía explicar lo que le causaba.
Pasado algunos minutos, tuvieron que separarse, pero no por ninguna interrupción, ni ningún otro mal percance, solamente necesitaban aire para poder respirar de una manera que no sea agitada, como lo estaban haciendo. Al alejarse, lo primero que hicieron fue volver a mirarse, pero ahora no lo hacían con esa expresión de que necesitaban algo, de que tenían una asignatura pendiente, sino que ahora se miraban con una sonrisa en el rostro, y eso no se debía a otra cosa que no fuera la acción que acababan de cometer. Ese acto era lo que les faltaba desde hacía ya un tiempo.

-Pablo, vení rápido, Olivia está llorando y no la podemos tranquilizar -Nicolas había llegado hasta donde ellos estaban, desmoronando el hermoso contexto que pudieron crear en esos cuantos minutos

Y todo lo siguiente de esa noche ocurrió rápido. El morocho llegó a la cocina, y se encontró con su novia, acompañada de otras amigas, tomando un vaso de agua, intentando calmarse. Rocio llegó tras él, pero esta recibió una mala mirada de parte de Olivia, entonces se frenó y no se acercó más a ella. Pablo se arrodilló, frente a su chica, le acarició el rostro y le dijo que en ese mismo instante se irían de allí para su casa.
Al pasar por al lado de la rubia de ojos miel, él la miró con tristeza y culpa, pero también gesticuló algo como "después te llamo", y se marcharon de esa fiesta en la cual muchísimas cosas habían sucedido.

~

Llegaron a la casa de Pablo. Olivia había podido tranquilizarse un poco, gracias a la dulzura con la cual le hablaba su chico, pero al mismo tiempo, eso era también lo que la volvía a hacer llorar. Y él no entendía, porque cuando casi estaba a punto de sonreír, volvía a romper en llanto, y eso lo desconcertaba más aún.

-Oli, por favor, decime qué pasó cuando te fuiste, me estas preocupando mucho, y sabes que si llamamos a tu casa va a ser peor, porque ya no tenes dieciséis año, ahora tenés veinte, y estas crisis te dejaron de pasar -ahora estaban sentados en el sofá
-si querés dejarme está bien -Pablo se asustó, y en ese instante se le cruzó por la cabeza que quizás ella había visto el beso que él se dio con Rocio, y que debido a eso no paraba de llorar -yo te voy a contar qué me pasa -pero el hecho de que esto también lo haya dicho en un tono entristecido le causó ciertas dudas con respecto a su anterior hipótesis
-soy todo oídos, respirá y contame, yo estoy acá para escucharte -le tomó la mano, haciéndole saber que realmente él estaba dispuesto a escucharla, porque después de todo, aún seguía siendo su novia, y si iba terminar su relación, quería que sea de la mejor manera
-cuando me fui con Nicolas, porque vos no me dabas bolilla, hablé mucho con él, y bueno, entre una cosa y otra... lo besé -bajó su vista al suelo, y nuevamente se largó a llorar -te juro que me duele, porque yo te quiero mucho a vos, pero... -y no continuó hablando. Pablo le levantó el rostro, haciendo que la mire y dejándola muda
-Oli, yo te entiendo perfectamente, porque a mi también me duele, pero estamos en la misma. A mí Victorio me contó que hace tiempo una chica había dejado muy enamorado a Nicolas, y hoy recién me dí cuenta, que la descripción que él me había dicho, era la tuya -la chica la miraba muy atenta, intentando poder entender todo lo que su chico le iba diciendo -Y de la misma manera que vos fuiste sincera conmigo, lo voy a ser yo. Rocio es mas que mi mejor amiga, no es una hermana, es una asignatura pendiente mía desde hace unos cuantos meses. Y el reencuentro de hoy fue muy importante. Me pasó lo mismo que vos -Olivia apretó sus manos -No quiero que sufras con esto que te digo, quiero justamente decirte que te entiendo por sobremanera, y que si recién ahora nos damos cuenta que quizás no tenemos que ser mas novios, debe ser por algo -a la rubia se le aguaron los ojos -perdón enserio, pero no puedo ser tu novio, queriendo estar con otra persona -finalizó y quedaron en silencio
-Gracias por saber comprender -repentinamente lo abrazó, mostrándole todo el cariño que sentía por él -tal vez podamos ser mas buenos amigos que pareja -limpió sus lágrimas y sonrió

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El reloj marcaba las cinco de la mañana. Pablo le mandó un mensaje a su amigo pregúntandole si su mejor amiga aún se encontraba en la fiesta. Al recibir una respuesta negativa, tomó rápidamente las llaves de su auto y se encaminó al departamento de ella. Eran tantas las ganas que tenía de contarle todo, que no podía esperar hasta el día siguiente.
Llegó a destino, se arregló un poco el pelo en el espejo, intentó dejar el nerviosismo fuera de su ser, y a pesar de no lograrlo, bajó del vehículo y tocó timbre. Una voz única e inconfundible para él le respondió. Le pidió de pasar y automáticamente la puerta se abrió. Fue hasta el ascensor, presionó el botón que indicaba el número once y esperó impaciente hasta llegar a arriba. Luego caminó hasta la puerta con una letra A y volvió a tocar timbre. Y una vez hecho esto, la cabeza de Pablo se desconecto del cuerpo, ahora actuaba bajo las órdenes del corazón. Rocio abrió la puerta y lo primero que hizo él, fue abalanzarse sobre ella para poder besarla tan pasionalmente como se había prohibido a si mismo hacer antes. La amaba tanto que el estar haciendo eso le parecía casi irreal. Ella era su mejor amiga, la conocía desde que andaban en pañales, crecieron juntos que casi eran hermanos, pero este 2011 los había sorprendido con un amor difícil de ignorar, pero igual decidieron hacerlo. No se animaron a jugarse, a enfrentar todo, y sufrieron por dentro, algo les quemaba, y no era otra cosa que su corazón pidiendo a gritos estar junto al otro. Y hoy por fin lo estaban, en el ante-último día del año, el destino quiso que comenzaran juntos la seguidilla de meses que estaban por venir. Qué mejor que el principio del nuevo año para darse la oportunidad de cumplir una asignatura pendiente tan importante? Mejor aún cuando esta misma prometía brindar al mundo dos corazones mas que se harían uno en la simple y difucultosa tarea de amarme infinitamente.

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domingo, 27 de noviembre de 2011

El mejor regalo

El mejor regalo

-Qué haces acá? -preguntó el rubio, ahora rapado, cuando la vio parada en la puerta de su casa
-linda forma de recibirme eh! -protestó ella
-bueno Ro, pero pensá que para mí, y para todos, vos estás o estabas, en New York -respondió él intentando que lo entienda
-me vas a dar un abrazo? -le pidió con esa mirada cautivante, seguida de una sonrisa amplia y maravillosa
-te extrañé nena, sabés? -el chico la tenía entre sus brazos y no quería soltarla. Rocío, para él, era como una hermanita pequeña; se conocían desde chiquitos, y por eso mismo, Nicolas siempre la protegió de sobre manera. Se tenían un cariño incondicional y muy especial -querés pasar? están todos acá -abrió mas aún la puerta, invitándola a entrar
-por esto mismo vine, ex rulitos -le acarició la cabeza, esta vez sin pelo en el cual enredarse
-ah, yo pensé que me venías a ver a mi, pero quedamos así -se "hizo el ofendido"
-ay, no me entiendas mal. Obviamente yo iba a venir a saludarte, pero cuando me dijeron que estaban todos acá, decidí ni siquiera cambiarme, dejar todo en el hotel y estar directo, entendés? -jugueteaba con las manos de él
-esta bien, te creo -sonrió

Una vez dentro Nicolas la hizo pasar hasta la sala, donde literalmente estaban todos los que integraban el grupo de amigos. Lali, Peter, Euge, Cande, Agus, Vico, Mery, Gas, Benja. También había algún o alguna pareja mas: Olivia (novia reciente de Nicolas) y Nacho (el chico con el que salía Euge). Y Pablo. El morocho de pelo siempre despeinado, pero arreglado, estaba entre los presentes, parado, apoyado sobre una pared, riendo a la par de los demás.
Rocío comenzó a saludar a todos, que la recibían con la mejor de las sonrisas y mucho entusiasmo. Había estado seis meses fuera del país, debido a un trabajo, pero ahora volvía para quedarse.

-lo mejor para lo último -susurró. Eso era mas bien un pensamiento.

Acercándose a él, lo tomó decididamente del rostro y lo besó. Así, de improvisto y ante la mirada sorprendida de los demás, Rocío besaba a Pablo, con toda la pasión acumulada durante ese tiempo que ella no estuvo. Y como era de esperarse, él respondió de la mejor manera. Pasó sus manos por alrededor de la cintura de ella e intensificó mas aún el beso.

-Feliz cumple Pabli -se separaron apenas, ella sonrió y luego fue tomada por Nicolas, del brazo y se fueron juntos hacia la habitación de él.
-perdón? -la morocha aquella, que estaba en la cocina, ya había vuelto al living y presenció toda esa escena
-Maca, eh... -Pablo se rascó la cabeza nervioso -yo te puedo explicar -se acercó un poco

En la habitación de Nicolas, se encontraban este mismo sentado en el suelo y la rubia acostada en la cama, pero viéndolo fijamente a él. El rapado sabía todo lo que sentía su amiga por ese chico, pero antes de que se produzca un encuentro entre dos personas que amaban al mismo hombre, decidió intervenir y llevarse de allí a su mas allegada.

-vos me estas queriendo decir que Pablo se olvidó tan rápido de mí? -la situación la había puesto histérica
-fueron seis meses Rochi -se encogió de hombros
-pero... -sus ojos se pusieron cristalinos
-no llores mi vida -se acercó a ella y le acarició la mejilla -me mata verte así -la abrazó
-es que... yo lo sigo amando, y esperaba que él también a mí -bajó la vista
-permiso -dijo Pablo apareciendo por la puerta -interrumpo? -se rascó la cabeza
-no, para nada -Nicolas se levantó de su asiento -yo los dejo solos para que hablen -le guiñó un ojo a la rubia y se fue
-pero yo venía a avisarte que... me iba -soltó al aire
-creo que deberíamos hablar -ella seguía sentada en la cama
-si, puede ser -se apoyó contra la puerta
-vení, sentate -le hizo seña con la mano y él negó con la cabeza -mirá que no muerdo -rió entre dientes muy bajito
-pero si besas -habló por lo bajo él también
-perdón si te ocasioné problemas con esa flaca -revoleó la mirada
-esta bien. Igual por suerte le expliqué todo y entendió -se ubicó en un extremo de la cama
-qué le dijiste? -lo miró fijo por segunda vez en todo el día
-que vos eras mi ex-novia, que hace seis meses no nos veíamos, y que no hablamos antes de tu llegada ni del beso. En simples palabras que vos volviste, confundida de la situación, pero que yo estoy con ella porque la quiero mucho enserio -no se atrevió a decir todo esto mirándola a los ojos, le era imposible
-no la amas? -ahora sí él la miró
-es que... salimos hace cuatro meses nada más -volvió a rascarse la cabeza, mostrando algo de incomodidad y nerviosismo
-nosotros sí nos amamos enseguida -una mínima sonrisa se formó en el rostro de la rubia
-me tengo que ir, Maca me debe estar esperando -se levantó y ella hizo lo mismo
-nos vemos otro día -ambos amagaron a saludarse, pero giraron sus cabezas hacia el mismo lado, dejando sus labios muy cerca -Ro... no -ella comenzó a rozar sus labios
-un beso de despedida -lentamente cerró sus ojos y unió finalmente sus bocas, dando paso a la pasión y desesperación

Pasaron segundos, minutos y no sabían si horas. Ellos estaban en su mundo aparte, saboreando el beso que a cada momento se intensificaba aún mas, si eso era posible. Rocio jugaba con el pelo de Pablo, entrelazando sus manos en la nuca, divertida y feliz; mientras que él disfrutaba tenerla entre sus brazos, acariciándole la espalda por dentro de su remera, con suma delicadeza, pero con mucho desenfreno.

-Pablo, te llama Macarena -los interrumpió una petiza, que no levantó la vista hasta unos momentos después de su propio comentario, encontrándolos en aquella situación comprometedora
-eh... si, yo me voy -miró a Rocio, dejó un beso en la comisura de sus labios y se fue
-de qué me perdi? -Lali levantó una ceja, esperando que la rubia dijera algo
-ay! -se tomó la cara con las manos -estoy feliz amiga! -se tiró en la cama, boca arriba, con una sonrisa imborrable en el rostro

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Ya eran las ocho de la noche. En la casa de Nicolas sólo quedaban Rocio, Lali, Peter y el dueño de la misma.

-permiso chicas -entró a la habitacion el ex-rubio
-Nico, necesitas algo? -Rocio estaba charlando animadamente con su amiga
-esperá! -Nicolas las miró -vos -señaló a la rubia -no estabas mal? -su cara demostraba confusión -y vos -indicó a Lali -no la estabas consolando? -esperaba respuestas, porque las imágenes no las entendía
-quién te dijo eso a vos? -la morocha se levantó del suelo
-es lo que supusimos todos, porque cuando yo dejé a Rochi acá, estaba a punto de llorar, y después Pablo se fue rápido, casi sin saludar a nadie -su vista no se corría de ellas
-bueno, se equivocaron -Rocio negó con la cabeza
-entonces, qué estaban haciendo? -cuestionó finalmente el chico
-poniéndonos al día -dijeron al unisono
-ah, claro. Y a mí, que soy tu mejor amigo, me dejas de lado -miró hacia otro lado, haicéndose el ofendido
-no, para! -lo tomó del brazo, deteniéndolo -recién se me ocurrió una idea y se la conté a Lali -Nicolás las miraba -yo pensaba, que si tenías ganas, podría quedarme a dormir acá, como antes y hablar toda la noche y eso, querés? -ella clavó su mirada en la de él, sonriendo de forma compradora, acto que le había enseñado a hacer Peter
-sí, dale -asintió y le dio un dulce beso en el cachete -ah Lali, Peter te está esperando abajo hace banda -le avisó
-ay, pobre mi Pipu. Que malo que sos con él, todo porque sos un celoso y no te gusta que sea mi novio -le dio un golpecito suave en el brazo
-qué decís? si él primero fue mi amigo y nunca te celé -la miró gracioso
-callate Nicolás, no sabés lo que decís -se acercó a Rochi -me alegro por todo. Mañana hablamos -la abrazó -y a vos solo te digo chau así, porque sos malo -le dirigió una mirada no muy buena (en broma) y se fue de la habitación
-está loca! -acotó el rapado
-pero la amo así tal cual es a mi mejor amiga -sonrió y lo abrazó a él

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En el departamento de Pablo, se encontraban este mismo y Macarena, besándose apasionadamente, y acariciándose por debajo de la ropa. Subían las escaleras, dirigiéndose hacia la habitación. Entraron en esta y cayeron sobre la cama. El morocho besaba el cuello de su novia, y ella disfrutaba; ambos permanecían con los ojos cerrados, sintiendo todo mas intensamente. Nuevamente se besaban los labios, con el fuego que ambos tenían dentro.

-Te amo... Rochi -se le escapó decir a Pablo, pero realmente no se había dado cuenta del nombre que había pronunciado
-Pablo -Macarena intentó separarse
-qué pasa? -la miró unos instante y volvió a besarla, pero ahora en toda la cara
-qué me dijiste recién? -él no notaba el tono cortante con el que ella hablaba
-que te amo -clavó su mirada en los ojos de la chica, con ternura
-te amo, qué? dijiste algo después de eso -ya no unían sus labios, solo se veían
-te amo Maca -le acarició el rostro
-te equivocas -ella se paró -dijiste Rochi -Pablo abrió bien grande los ojos -y no me mires así, porque sé bien que disfrutaste ese beso que te dio la rubia esa y parece que me mentiste al decirme que no te pasaba nada. Y por favor, nunca mas me digas te amo, porque a pesar de esta ser la primera noche en la que me lo decís, y en la que casi hacemos el amor, va a ser la última, porque no te voy a perdonar esto -una lágrima corrió por la mejilla de ella -pensé que lo nuestro iba a llegar lejos, pero veo que no -acomodó su ropa y salió de allí. Pablo la siguió
-Maca esperá -alcanzó a tomarle suavemente del brazo -perdoname, fue una confusión
-si, una confusión fue creer lo que me dijiste a la tarde -negó decepcionada y se fue

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La mañana siguiente Nicolas se encontraba en la cocina de su casa, preparando café y colocando medialunas en una bandeja, mientras Rocio aún dormía, cuando sonó el timbre. El rapado miró el reloj, y notó raro que a las nueve de la mañana alguien vaya a su casa.

-hola Nico, puedo pasar? -preguntó el morocho, con la cabeza gacha
-Pablo! pasó algo? -cuestionó una vez dentro
-corté con Maca -ahora estaban sentados en la cocina, alrededor de la mesa
-enserio? pero no era que ayer... -no continuó hablando, pero se sobreentendía lo que quizo decir
-si, pero... -hizo una pausa. Rocío se habia levantado con intenciones de ir a desayunar con su amigo, pero al ver a Pablo, prefirió quedarse tras la puerta, escuchando -le dije "Rochi" sin querer -negó con su cabeza, mirando al suelo
-ah, pero entonces, te cortó ella o vos la cortaste? -Nico le palmeó el hombro
-ella a mi, aunque en realidad es algo que tuviera que haber hecho yo, porque ayer, cuando me besé en el cuarto con la rubia -el rapado no cambió su expresión, y eso le llamó la atención al ojiverde -supe que la sigo amando, y anoche quise convencerme que no, pero cuando Maca se fue me puse a pensar... -tomó aire y lo miró fijo -y definitivamente todavía Rocio está presente en mí -corrió su vista -paso al baño, si? -se levantó de donde estaba y se fue de aquella habitación

Al salir de allí, para dirigirse a otro sector de la casa, se encontró con la rubia, que lo miraba con sentimientos encontrados. Se notaba en su sonrisa que estaba feliz, pero sus ojos mostraban algo de pena. Y así era, estaba alegre porque, después de todo, Pablo la seguía queriendo a ella; pero le entristecía saber que él estaba angustiado por la ruptura con su novia.

-hola -sonrió de costado -no sabía que estabas acá -se rascó la cabeza
-es que... me quedé a dormir anoche -bajó su vista algo incómoda. Ella no quería que él la viera y supiese que los estaba escuchando
-cómo andas? -le preguntó él amablemente
-es verdad que no estás mas con la flaca esa? -la curiosidad pudo mas que la incomodidad. Pablo rió entre dientes
-se confirma que estabas escuchando -Rocio lo miró de reojo, avergonzada
-perdón, no quería escuchar, pero estaban ahí, y... fue mas fuerte que yo -rió por lo bajo
-vení -tomó su mano y juntos se sentaron en sofá del living -si, no estoy más con Macarena -a la rubia se le iluminó la cara
-terminaron mal? -sin darse cuenta, habían entrelazado sus manos
-si -confirmó
-fue por mi culpa? -cada vez estaban mas pegados
-no, fue mía, no me di cuenta antes de lo que me pasaba y me confundí con ella -negó
-ay, me siento culpable -hizo una cara de disgusto
-no rubia, no te sientas así que nada que ver -le acarició la mejilla con mucha delicadeza -sabes una cosa? -le levantó la cara poniendo un dedo suyo en la barbilla de ella
-qué? -preguntó mirándolo fijo a los ojos
-tus besos fueron el mejor regalo de cumpleaños -acercó unos centímetros mas sus rostros
-pero te hice pelear con tu novia -su voz sonaba algo triste
-no, me hiciste dar cuenta que aún te amo -sonrió ampliamente
-si? -él asintió -yo también te amo, nunca dejé de hacerlo -y finalmente la distancia que los separaba dejó de existir

Volvían a besarse. Esta vez con mas ternura de la del día anterior, pero demostrando exactamente el mismo amor que había quedado intacto desde siempre. Y a pesar de que ambos sufrieron mucho cuando se distanciaron, sus corazones estaban juntos, latiendo a la par y sintiendo lo mismo. El último noviazgo de Pablo, recientemente terminado, en realidad había sido una máscara, para intentar mostrar a los demás que él era fuerte y podría sobrellevar bien la situación de la separación con la rubia, pero eso era mentira. Pablo amaba a Rocio. Rocio amaba a Pablo. Eso nunca iba a cambiar, y se notaba.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Y si alguna vez

Y si alguna vez

...Y si alguna vez me quieres llamar,
Te diré que nada se termina.
Y si alguna vez me quieres hablar,
Estaré a la vuelta de tu esquina...

-ensayando todavía? -le preguntaron a ella, sacándola de sus pensamientos
-si, es que... -no dijo más
-muy dedicada esta la letra que escribiste, no? -eran amigos hace casi cuatro años, ya se conocían
-sabes que sí -miraba el suelo. Estaba sentada "como indio", frente al gran espejo de esa sala de ensayos
-por qué no se la mostras? digo, quizas ya la escucho pero no sabe que la compusiste vos, y si se entera de eso, quién dice que no ordene su cabeza - le levantó el rostro con un dedo para que lo mirara y le sonrío
-muchas gracias Pitt -lo abrazó, se paró y se fue

~

Día siguiente. Tres de la tarde. Era domingo, y ella sabía que él se quedaba en su casa para mirar futbol. Decidida pero nerviosa, estaba en su auto conduciendo hacia allí, para seguir el consejo de su amigo, aunque muy bien no tenía definido cómo lo haría.
Tocó el timbre y el dueño de casa bajó a abrirle, bastante sorprendido de aquello. Lo saludó tímida y él la invitó a pasar. Subieron hasta el piso correspondiente en sumo silencio, pero con una expresión en sus rostros idéntica: una mezcla de alegría y extrañeza.
Entraron, y al hacer esto, una voz de mujer se escuchó.

-Pablo, seguimos ensayando o...? -la chica no continuó hablando
-Oli, ella es Rocío. Rocío, ella es Olivia, mi compañera de trabajo -el morocho las prensentó
-Al fin te conozco, escuché tanto decir de vos -le dio un beso muy cálido a la recién llegada
-ah, si? -preguntó la de ojos mieles
-sí! es que Pa... -el chico la miró fulminante -es que pasa que Cande siempre cuenta anécdotas y vos estas en muchísimas -inventó para safar
-mirá vos -sonrió sin creer mucho -mandale saludos a la flaca cuando la veas -pidió amable
-yo me estoy yendo para su casa justo, le digo, no te preocupes -le volvió a dar un beso en la mejilla y fue hasta Pablo -suerte, y no seas lenteja -dijo en su oído al despedirse, para luego marcharse
-este... yo venía para... -exactamente, para qué había ido?
-tomamos unos mates? -Pablo la conocía mejor que nadie. Sabía que en esos momentos en que se ponía nerviosa era mejor darle espacio, para que se aflojara tranquila y a su tiempo
-dale! -sonrió feliz, al reconocer que aún era el mismo de antes, y reconocía sus circuntancias

Se sentaron alrededor de la mesa de la cocina. El termo al lado de él y un plato con galletitas en medio. No decían nada con palabras, se comunicaban mediante sus miradas, se reían y sonrojaban.

-me querés ayudar a ensayar la letra? como hacíamos antes -propuso el ojiverde, recordando años anteriores
-pero si llega a venir Macarena, y me ve acá, no te va a hacer lío? -no ingenua, sino precavida y preocupada por no ocacionarle problemas
-con Macarena ya terminó todo, fueron unos semanas, pero nunca fue lo que yo estaba acostumbrado de una pareja. Todos creen que seguimos o que estoy mal, pero no es así -sonrió de costado
-deberías publicarlo -habló por lo bajo
-qué? -no le entendió del todo
-nada, no me hagas caso -negó sonriendo
-voy a traer los libretos, ya vengo -le hizo una seña de que espere y fue a su habitacíon

~

"Perdoname, era muy raro, y sabía que si seguía ahí no te iba a poder decir lo que quiero decirte. En este CD hay un tema que compuse, y como sé que vos sos muy sincero conmigo, me gustaría que me digas la verdad de lo que opinas de este mismo. Perdón por no quedarme, espero que me entiendas, no te enojes y escuches la canción. Te Quiero. Rochi"

Esta fue la nota que encontró Pablo, al regresar de su habitacíon, a la cocina. Estaba sobre un CD, y escrita con una letra tan dulce y bonita, que sabía que decía verdades. Sonrió al leerla, y automaticamente buscó su reproductor para hacer eso que le pedía.

...Todo lo que fue, no es tan fácil olvidar
Si hoy no pudo ser, otra vez será
Pero no me digas nunca más.


No quiero saber, si no hay nada mas que hablar
No te perderé, no te voy a odiar
Este juego no tiene final...

~

-hola? -eran las veinte horas, y Rocío había recibido un llamado
-y si alguna vez, te quiero llamar, me diras... -cantaron del otro lado del teléfono
-que nada se termina -entonó ella con su mejor sonrisa y toda la felicidad que le salía del cuerpo
-y si alguna vez, te quiero hablar, estaras en la puerta de tu casa? -no cantó, preguntó y la rubia, rápidamente, abrió su puerta
-qué haces acá? -cestionó aún sorpendida
-Decidí volver a intentar recuperar, el amor que fue, que ya quedo atras, pero al que aún me duele renunciar -seguía hablando mediante la canción
-te gustaron la letra y el ritmo? -las sonrisas no se borraban de sus rostros
-me gustas vos - lo miró atónita -vine aca, volvemos a comenzar? -le tomó dulcemente el rostro y ella sólo asintió

Luego de eso, todo fue muy rápido. Se besaban como si no hubiera un mañana, o quizas recuperando todos los meses que estuvieron separados. Todo el mundo se los decía, pero ellos, cegados por el dolor o la culpa, no lo podían notar: un amor tan grande, no podría morir jamás.

~

A Pedro le llegó un mensaje, a las dos de la mañana. Él, obviamente, estaba durmiendo. Al día siguiente debería levantarse temprano para ir a ensayar. Buscó el celular en la mesa de luz, y cuando lo leyó, sonrío y contestó.

Msj de Peter: Gracias por qué?
Msj de Rochi: porque gracias a vos, acabo de reconfirmar mi amor por Pablo. Te quiero, y te dejo dormir. Mañana hablamos bien :D

Eso daba por sobreentendido todo. Pablo y Rocío acababan de hacer el amor. La rubia se vió obligada a agradecerle a su amigo, mientras que, su nuevamente novio, le besaba el cuello tiernamente.

sábado, 27 de agosto de 2011

Todo en una noche


Todo en una noche

-qué queres? -preguntó ella abriéndole la puerta
-que hablemos -intentó entrar al departamento
-ya me dijiste todo hace un rato -estaba cerrando la puerta
-pero... -quería arrepentirse de aquello
-nada, ya me basureaste un buen tiempo, no quiero escuucharte  -él quedó de un lado, ella del otro, pero la puerta no estaba totalmente cerrada
-escuchame -suplicó
-para qué? -abrió repentinamente -si fui, te dije la verdad, porque realmente te amo, y no quería que te enteres por atras, y vos qué haces? me putias. Está bien, esperaba como máximo que me gritaras que me fuera, pero no que cuando te estoy diciendo me digas que soy una puta de mierda, que nunca te quise y que siempre te usé, porque eso es mentira. Te intento contar cómo fue todo y no me escuchas. Dónde carajo está eso que contruimos? -su volumen de voz era bastante alto -sé que la que primero arruinó todo fui yo, por eso te lo dije, pero vos no sos así -lentamente fue hablando mas bajo -te desconozco -hizo una pausa -y lo mejor es dejar todo como está, que ambos desaparezcamos de nuestras vidas, y dejar de jodernos, dale? -sonrió irónica y terminó por, en verdad, cerrar la puerta.

Pablo se sentó contra la pared, del lado de afuera. Ella tenía razón, en todo lo que le había dícho. Cada una de sus palabras habían sido ciertas, y a él mismo le dolían.
De su saco, sacó un papel y una lapicera, con la cual escribió algo, y luego lo pasó por el espacio que había allí debajo.

Ella estaba, aún con el vestido de la fiesta, mirando la puerta. Sabía que él no se movería de ahí. Lo conocía desde hace años, persistencia era lo que le sobraba.
Al ver aquel papel, lo tomó rápidamente, casi desesperada. Lo leyó y se lo llevó al pecho, como queriendo guardarlo por siempre en su corazón.

Abrió la puerta que daba al pasillo y se fue a la cocina. Si Pablo entendía la indirecta, entraría y la esperaría hasta que apareciera en aquella habitación de la vivienda. Pero él tuvo miedo, comprendía perfectamente la situación, aunque de su mente no se iba la idea de lo molesta y, quizas, triste que estaría ella.

Sin más remedio, se encaminó hacia el ascensor, para dejarla sola, como le había dicho, omitiendo el detalle de aquella señal que le había dado. Pero en el momento en que estaba subiéndose, su voz lo detuvo. Le pedía que espere, y no era un sueño ni una alucinación. Después de todo, iba a tener su oportunidad de hablar.

Fue hasta ella, con la intención de, mínimamente, tomarle la mano, pero tuvo que conformarse con entrar en silencio. El momento era tenso, porque luego de cerrar la puerta tras los dos, solo se miraron serios y más calmados que antes.
Con un gesto, le indicó que se siente, para después hacerlo ella, en el mismo sofá, pero algo alejada.

-puedo explicarte? -el que rompió el silencio fue Pablo
-te escucho -la mirada de ella estaba en el piso
-en la fiesta, justo antes de que vos vengas a hablar conmigo, yo estaba charlando con Luciana -se vio interrumpido
-sí, lo noté -acotó
-bueno, ella, en ese momento, me contó lo tuyo, y me enojé -Rocío no lo podía creer. Abrió grande sus ojos y lentamente fue levantando su vista hasta él -no le quise creer, es más, al comienzo pensé qe era otra de las tantas "estrategias" de ella para separarnos. Pero cuando después vos me pediste que nos fueramos, que tenías algo importante que decirme, estaba casi seguro que me había mentido. Hasta que oí lo que me dijiste y me saltó la términa. No terminaba de asimilar que Luciana tenía razón y que vos me habías engañado -otra interrupción
-vos tampoco me dejaste terminar de hablar a mí -eso era un reproche
-para qué? -comenzó a alterarse, como anteriormente en su casa
-calmate, porque si no me escuchas, me vas a obligar a echarte de acá, y no quiero que esto termine peor que antes -Pablo respiró profundo -yo me expresé mal. Te dije que estuve con otro, pero no me acosté con ese pibe, solo lo bese, y para peor, fue producto del alcohol. Sabía que Luciana andaba por Brasil, pero no imaginé que persiguiéndome, y menos, que también estaba en ese boliche -volvió a bajar su mirada -el chico quería llegar a mas, pero la borrachera me "pegó" para el lado melancólico y me fui rápido al hotel a llorar. Desgraciadamente al otro día me acordaba más de lo que deseaba, y bueno, volví y te lo quice contar lo antes posible, pero apareciste con ese oso gigante en el aeropuerto, que si en ese momento te pedía de hablar, creo que me ibas a odiar más que ahora. Y sé que fue solo un beso, que seguro la piba esa te exageró, pero yo me siento igual de culpable que si estaría embarazada -triste, así se la escuchaba -Para completarla, me trataste muy mal, y llenamos el carton con tristeza, bronca y ganas de desaparecer -Pablo se agarró la cabeza
-perdón  -dijo muy sincero
-me encantaría poder, pero si te digo que si, y que volvamos, voy a quedar como una arrastrada, una desesperada, y en serio me molestó tu actitud. Vos eras la única persona que me escuchaba siempre, y decidiste creerle a esa tarada, cambiando tu comportamiento para conmigo -miró hacia otro lado -Pero admito que no puedo reclamarte nada, yo fui la boluda que tiró todo a la basura, pero te amo, y quería tener esta conversación con vos -se paró y se acercó a la puerta -gracias por escucharme ahora -sonrió a medias
-no me voy a ir -sentenció -yo te amo también, y no serías ni arrastrada, ni desesperada, solo le darías la guerra ganada a Luciana -la miró fijamente -y creo que ese papelito que te di, antes de saber todo, te dice la verdad de mí -buscaba una respuesta en sus ojos
-Luciana no va a ganar -rió entre dientes -pero yo sí, no? -se acercó a él
-repito lo que decía aquel papel: Sos la mujer de mi vida, y eso nada lo podría cambiar -la tomó de la cintura -te amo princesa...

Después de todo lo ocurrido en esa larga noche, donde en una fiesta de gala, se supo una verdad distorcionada, donde hubo una pelea y más de un mal-entendido, donde se puso en juego una pareja de años. Después de una noche donde todo aquello ocurrió, en una madrugada desveladora, un amor se confirmó con el acto mas hermoso que pueden concretar dos personas. Pablo y Rocio volvian a entregarse el uno al otro, demostrando lo tan real y profundo que era aquel sentimiento que compartían.

JIMENA BARÓN GRAN REX

domingo, 31 de julio de 2011

Amores universitarios

Amores universitarios

-te peleaste con Nicolas? -le preguntó Rocio al verla entrar por la puerta de la habitación, luego de unas cuantas horas de desapareccer
-por qué lo decis? -cuestionó ahora Eugenia
-y, porque siempre que te peleas con alguno de tus novios te haces algo en el pelo, y da la casualidad que no andaban las cosas muy bien, y ahora pasaste del color chocolate hermoso que tenías, a otra vez el rubio lindo. Me vas a negar que se separaron? -ella la conocía muchísimo
-es un idiota -le dejó en claro, muy enojada
-qué te hizo? -revoleó los ojos
-estaba con Maria a los besos en el medio de la plaza -le contó algo dolida
-que pibe tarado. Él es el que se la pierde -se dirigó a ella y la abrazó
-obvio. Te pensas que me voy a poner mal? No, no, no -negó y sonrió -hoy a la noche hay fiesta de bienvenida para unos chicos nuevos acá en la uni, tenemos que disfrutar -fue hacia su placard y comenzó a revisar la ropa
-disfrutá vos solita, porque yo tengo muchísimas cosas que estudiar -le informó volviéndose a sentar en su cama
-no Rocio. Vos venis conmigo, sino, voy a parecer una desesperada. Además, quiero pasar tiempo con vos -le mostró el atuendo elegido y asintieron ambas
-esta bien, pero a la primera que me dejas sola, me voy eh! -se anticipó a los hechos, ya que Eugenia tenía esa mala costumbre
-como digas. Esta noche es nuestra! -y con esa frase comenzaron los preparativos

Era viernes, empezaba el fin de semana, y debido a ese ingreso de nuevos alumnos, se organizaba en el establecimiento una pequeña fiesta para que se sientan bienvenidos.
Ellas ya se encontraban en el salón. Veían a todos pasar con sus parejas, felices. Otros tantos sentados aburridos.

-no! mirá a ese chico de ahi -exclamó Eugenia
-esta bonito. Es nuevo, no? -la de pelo corto conocía a muchas gente. Ella sabría si ya estaba en la universidad o no
-si -asintió -voy a buscar algo de tomar, esperame acá -dijo yéndose
-si en diez minutos no volves, me voy. Ya te lo aviso -le comentó casi gritando

Realmente, la de ojos verdes, no iba a buscar alguna bebida sino que quería acercarse a ese rapadito, nuevo del lugar, que le había llamado la atención instantáneamente al verlo.
Pero como no podía dejar sola a su amiga, decidió también dejarla acompañada a ella. Justo al lado de aquel joven que a ella le gustaba, había otro. Morocho, igual, o un poco mas alto. Perfecto para que se valla, Rocio esté acompañada, y que ella se quedara a solas con el suyo.

-hola -saludó amable a ambos
-hola -dijeron al unisono y un poco desentendidos
-mirá, allá hay una chica, rubia, de ojos color miel, que me dijo que le pareces muy bonito. Vas, te fijas que onda, y después me comentas? -completamente mentira, pero necesitaba que desapaeciera
-esta bien -rió entre dientes el ojiverde, y se fue
-Eugenia, vos? -ahora le hablaba al otro chico
-Pedro, Peter -sonrió
-vos también sos muy bonito -era muy sincera y directa
-gracias -volvió a sonreir -vos no te qedas atras -evidentemente había "onda" entre ambos
-sos uno de los nuevos, verdad? -quería cofirmar que no se había perdido a esa hermosura, por estar perdiendo el tiempo con Nicolas
-si, si.Yy mi amigo Pablo, el que echaste, también -acotó

Mientras tanto, Rocío miraba a su amiga sin poder creerlo. Estaba por irse, pero una mano le sujetó el brazo. Se dio vuelta algo sorprendida y asustada.

-qué haces flaco? -le preguntó de la peor manera
-disculpame, no quiero que lo tomes a mal -le aclaró. La miraba muy pacíficamente -vos sos amiga de aquella rubia de pelo corto, que esta con el pibe de pelo rapado? -preguntó para verificar si era ella quien la otra, le había dicho
-si, por qué? -su cara no era la mejor
-otra vez perdón. No quiero ponerte de mal humor y que estes con esa cara -se sentía algo culpable
-esta todo bien -sonrió apenas
-ella me dijo, seguramente como excusa, que vos habías dicho que yo era lindo -fue interrumpido
-la voy a matar. Yo a vos ni te vi -amagó a irse para donde estaba su amiga
-espera! -gritó -quizas lo hizo para quedarse con mi amigo -exactamente así había sido
-ya lo sé, pero lo dije que si me dejaba sola, me iba -estaban  parados a unos veinte metros de los otros
-entonses, lo hizo ademas, para que vos no te quedes colgada acá -dedujo
-sabes qué? yo me tengo que ir a estudiar. No tengo tiempo para fiestas. Después decile, si querés, que me fui, o no le digas. Hace lo que quieras, yo me voy -giró y se encaminó a su habitación
-cómo te llamas? -cuestionó al lado de ella. La había seguido
-Rocio -seguía caminando
-Pablo, un gusto -sonrió, pero ella no lo vio

La rubia de pelo largo llego a su habitación. Estaba algo enfadada, cansada, y con ganas de hablar seriamente con Eugenia.
Se acostó a dormir con todos esos pensamientos en la cabeza. El día siguiente sería bastante largo como para no estar con las horas de sueño necesarias. Debía estudiar para varias materias, y demás cosas.

Eugenia se había quedado en la fiesta hasta tarde, definitivamente se estaba divirtiendo mucho con Peter. Este mismo chico, a mitad de la noche, la había invitado a salir al día siguiente, y ella, encantada, aceptó sin problemas. Esto debía contárselo a su mejor amiga, pero por desgracia, cuando ingresó a su cuarto, ya estaba dormida; entonses se resignó a guardar toda su felicidad para la próxima mañana.

Se despertó temprano, fue hasta el bufete del lugar, y compró un desayuno para dos personas. Cuando volvió, la rubia de pelo largo, se estaba duchando, entonses aprovechó para preparar lo que tenía pensado.
La vio salir del baño, ella sonrió y su amiga la miró completamente sin entender. Le mostró lo preparado, Rocio se terminó de alistar y se dispusieron a desayunar.

-te queria perdir disculpas por dejarte en banda a noche, aunque no entiendo por qué rechazaste al bombonazo que te mandé -la rubia de pelo mas largo iba a hablar, pero ella no la dejo -en fin, sin que te quejes. Sé que te gusta desayunar muy bien el fin de semana, entonses acá esta -mostro todos sus dientes, como orgullosa de lo que había hecho
-por lo menos fue fructífero el hecho de que me abandonaras? -preguntó mordiendo una tostada
-ay! -gritó emocionada -no sabes! es chamuyero como él solo, pero lo hace de una forma tan caballerosa, que te enamoras -su mirada se perdió por el aire
-Eugenia te escuchas? lo viste una vez y ya imaginás cualquiera -negó con su cabeza
-bueno Ro, ayer fue la primera, hoy la segunda, y te puedo asegurar que va a haber muchas más -asintió convencida de lo que decía
-lo vas a volver a ver? -tomó un sorbo de café
-acaso no me escuchas? el morocho te voló la cabeza a vos también? -este comentario hizo que Rocio se atragantara con la bebida
-que decis? Pablo me saludó y nada más -se paró de donde estaba y fue a buscar un peine, el que estaba sobre su mesita de luz
-y cómo sabes que se llama Pablo? -Eugenia se acercó a donde estaba su amiga
-me lo dijo, no importa eso. Lo que si importa es ver como te vas a vestir para salir con ese chico, porque ayer estabas en busca de alguien, ahora lo encontraste, no tenes que estar tan... tan... bueno, vos sabes -rieron juntas
-ves que sos la mejor? -la abrazó fuertemente

La mañana se pasó entre ropa, maquillaje, y peinados. Eugenia y Pedro saldrían a almorzar, entonses tenían que terminar la "produccion" antes del mediodia. Última mirada al espejo, un toque más en el cabello y fin. La rubia de pelo corto estaba hecha una diosa, con un vestido blanco que llegaba un poco más arriba de las rodillas. Su vestimenta era suelta, fresca, tal cual su maquillaje. Esta vez no buscaba impactar, solo quería agradar, y por eso mismo, nada de taco, solo unas chatitas convinando, y el pelo, simplemente planchado y sin nada que lo sujetara.

El rapado la paso a buscar a las 12:30, entonses Rocio, como se quedaba sola, aprovechó para pedirse una enslada en el bar, y ponerse a estudiar; después de todo, estaban en la universidad, y lo más importante, era el estudio, aunque al parecer, para Eugenia, tan así no era. Ella tenía una capacidad de aprendizaje increible, y debido a eso, y a que era muy enamoradiza, le dedicaba mas tiempo al amor que al estudio.

El reloj marcó las 13, las 14, las 15, las 16, las17. Rocio no se cansaba de leer y leer libros. Eso era algo que le encantaba, sumado a que estudiaba algo referido a la literatura, tenía que hacerlo. Acostada en su cama, con un cafe con leche al lado, algunas tostadas y aún en pijama. No tenía pensado salir de su habitación, para qué cambiarse de vestimenta?

Tocaron su puerta y se sorprendió. Seguido a eso, supuso que era su amiga, que seguramente había olvidado su llave, pero al abrir, la sorpresa que se llevó, fue muy grande. Pablo, el morocho ojiverde que había conocido la noche anterior, estaba ahí parado, con unos libros en la mano, y una sonrisa inigualable.

-hola -saludó él para romper el hielo
-que haces acá? -preguntó de una, pero luego se dio cuenta de su actitud -digo, no quiero ser grosera, pero me parece raro -rió entre dientes
-si, lo sé. Pero es que Peter me dijo que tu amiga le contó que vos eras buena con el tema de comprender historias y eso. A mi no me sale, entonses quería ver si podíamos estudiar juntos, y que me expliques y todo, puede ser? -la miró de tal forma que Rocio no pudo negarse

Lo hizo pasar, cerrando la puerta detras de él, e intentando acomodar todo lo desordenado, una vez dentro. Definitivamente no esperaba visitas. Su habitación no estaba muy fuera de orden, pero su apariencia sí. Se disculpó un minuto y rápidamente fue al baño. No tenía intenciones de ponerse otra ropa, pero por lo menos sí volver a lavarse la cara, que con su bebida se había ensuciado. Cepilló sus dientes y su pelo, quedando así un poco mejor. Salió de allí y se dirigió a Pablo, quien estaba ya sentado en el escritorio con los libros abiertos.

Ambos sabían perfectamente que lo que había dicho el morocho era mentira. Nadie pide ayuda para estudiar un sábado, cuando realmente todos estan organizando para ir a bailar a la noche. Pero Rocio, al ver la disposición de él, dejó pasar por alto el hecho de que le halla mentido, para ver hasta donde llegaría.

-bueno, entonses lo que quiere decir es eso -afirmó ella asintiendo -me entendiste algo? -preguntó viendo que él solo la miraba a ella
-si, pero no comprendo por qué ella tiene que alejarse de Samuel si no quiere. Sofia puede decir lo que quiera, de ahí a que sea verdad -notablemente le había prestado atencion a lo que estuvo diciendo
-es que así son estas historias, muchas con tramas parecidas. Se conocen, se enamoran sin saberlo, les cuesta llegar a estar juntos, y cuando por fin lo están, muchos terceros en medio, miles de problemas. Se soluciona todo y terminan felices comiendo perdices -el morocho afirmó con la cabeza
-eso es cierto. Podrían buscar otras tramas, pero esta bueno leer eso así, porque aunque cuenten lo mismo, ninguna historia es igual a otra. Además, una donde todo es color de rosa, no tiene sentido -despacito, fue acercándose un poco a la rubia
-a veces si -comentó para que Pablo la mire confundido -una historia que te cuente todo lo que siente una mujer, o un hombre, a la espera de un bebé, con sus pro y sus contra, pero nadie rechazando a la criatura ni nada. Solo los nueve meses, desde que se enteran de qe está esperando un hijo, hasta el nacimiento. Sé que esos momentos no son todos felices, pero el contexto en sí, lo es, o no? -cada vez estaban más cerca
-y la nuestra? va a ser una historia color de rosa? -miraba con mucho detenimiento los ojos de ella, pero luego su vista se dirigía a los labios, con mucho deseo
-nuestra? hay algo nuestro mas que una tarde juntos estudiando? -ella no se separaba, ni quería hacerlo
-lo puede haber si vos aceptas -sonrío, y ahora solo le miraba los labios
-mm -musitó

Y eso fue lo único que hizo falta para terminar con la conversación y dar paso a un beso pasional. Rocio hacía mucho tiempo que no tenía ninguna relación, porque no encontraba a nadie indicado para ella, pero con Pablo fue diferente. Se mentiría a si misma si decía que desde el primer momento que lo vio le pasaron cosas, pero en esa tarde, sintió que su persistencia para con ella era tierna, y lo veía interesado de verdad; entonses siíquizo darle una oportunidad a él y a su vida también.

Se besaban ya no con ternura, sino con desenfreno. La unión de sus labios era completamente desesperada, pero no bizarra. Poco a poco fueron parandose, sin despegar sus labios. Caminaron hasta la cama, como pudieron y cayeron en ella.
Obviamente no iba a pasar nada, era el primer contacto entre ambos, más que un beso no iba a ser, pero la química qe tenían se notaba en la pasión qe sentían y demostraban besándose.

Cuando se hicieorn las 20 horas, Eugenia ingresó a la habitación, de la mano de Juan Pedro, encontrándose con una nota, de puño y letra de Rocio, que decía que había ido a pasear por ahí con alguien, y que a su regreso le contaba todo. La rubia allí presente se ríó al leer aquello, debido a que su chico le habia contado, que esa misma tarde, Pablo iba a intentar acercársele a su amiga.

Nero no dando más importancia, y pasando a lo suyo, buscó entre sus cosas, unas peliculas nuevas que había comprado. Puso una en el DVD y se sentó junto a él en su cama, abrazados y muy mimosos entre si.
Realmente lo que menos hacían, era prestarle atención a lo que sucedía en la pantalla, y por eso mismo, de un momento a otro, la rubia se separó de él, apagó todo, incluyendo las luces, y volvió a donde estaba, para continuar besándose.

-sos tan linda -comentó él, entre los labios de ella
-vos también, y necesitaba algo como vos hace un tiempito -afirmó
-algo como yo, cómo? -sus ojos ya estaban abiertos, pero aún sus bocas seguían juntas
-así, bonito, tierno y comprensible -Eugenia se había separado apenas, chocando sus frentes, para respirar y hablar bien
-malas expeciencias anteriores? -dedujo preguntando
-exactamente, pero la verdad, si no lo hubiera visto engañádome a ese rubio, hoy no estaría con vos, así que a pesar del dolor que sentí, valió la pena -sonrió de costado
-no te preocupes que yo no te voy a engañar, o por lo menos no me vas a ver haciéndolo -rió entre dientes y recibió un golpecito despacio de ella, en la boca del estómago
-te quiero tonto - volvieron a besarse tan tiernamente como antes

Se podia ver en ellos el cariño que empezaba a florecer, porque aunque la relación había empezado gracias a que ella quería sacarse la bronca que tenía, producida por Nicolas, conoció en Juan Pedro, un ser que supo hacerla olvidar todo lo malo, el dolor y el resentimiento, y sacar lo mejor de ella.

Aproximadamente a las 22 hs, ambas rubias ya se encontraban juntas en su habitación. Ninguna había dicho nada hasta el momento. Estaban muy entretenidas con sus teléfonos celulares, mensajándose con sus chicos. Y el silencio abundó en ese lugar, hasta que la ojiverde decidió romperlo.

-estudiaste mucho? -preguntó riendo entre dientes
-si, algo. Pero acompañada -sonrió, tambien con risa
-me vas a decir que el morocho vino a estudiar? -mordió su labio inferior en señal de no creerlo
-excusa muy usada, pero sí -asintió, e instantáneamente, su amiga se sentó delante de ella
-me contas todo wacha! -dijo casi gritando
-estoy cansada, mañana, si? -se acostó lentamente, dándole la espalda
-quedamos así, eh! -ella también se dispuso a domir

Rocío intentó consiliar el sueño, de hecho, lo estaba logrando, pero otro mensaje la distrajo. Y a pesar de estar cansada, sonrió al ver quien era el que se lo enviaba.

de Pablo:
disculpame, sé que me dijiste que te ibas a domir, pero hablando con el rapado, se nos ocurrió que mañana podríamos almorzar los cuatro juntos. Se copan ustedes? (decime por favor que no estabas durmiendo, que me mato si te desperté)

de rocio:
estaba en proceso de dormir, pero todo bien :) nos RE copamos. Mañana pasennos a buscar a las 13:30, dale? besito, lindo

La noche pasó rápido para las dos. Tenían tantas ansias del día siguiente, que durmieron hasta pensando en aquello. Eugenia era una persona enamoradiza y se la vaía contenta la mayor parte del tiempo, exceptuando cuando los homres jugaban con ella, que eso, obviamente, la destrozaba; pero en cambio, Rocio casi no daba espacio en su vida al amor, entonses verla así, era raro, pero hermoso a la vez, y más para ella misma.

La de ojos mieles se levantó mas temprano, porque ella sabia del plan de ese mediodía, pero su amiga no. Se higienizó, cambió, peinó y maquilló, y cuando trajo el desayuno, a las 10 de la mañana, despertó a su amiga, quien por unos instantes tuvo mal humor, debido a que un domingo a esa hora, quería estar durmiendo.

-bueno querida, si querés seguir durmiendo, le digo a Peter que ustedes no salen, y me voy yo sola con Pablo -habló mientras la miraba entre seria y risueña
-que? -se sobresaltó
-hola Eushi. Te cuento que a las 13:30 nos pasan a buscar los chicos para ir a almorzar. Se les ocurrió anoche, y me mandó un mensaje el morocho. Te lo digo ahora porque ayer no quería molestarte cuando ya estabas dormida -sonrió
-me estas jodiendo? no llego a preparme Rocio! -gritó histérica y se metió al baño rápido
-pero fantan dos horas -dijo cuando ya no la escuchaba

El timbre sonó, una hora antes de lo acordado. La rubia pelicorta, que ya estaba histérica, se alteró mas aún. Rocio fue a atender, encontrándose con el ojiverde sonriendo. salió afuera con él, para así su amiga se terminaba de preparar y ella podia hablar con su chico, tranquilamente.

-que haces aca? -cuestionó con una sonrisa en su rostro
-si querés me voy -amagó a irse, pero ella lo tomó del brazo
-no, quiero que te quedes -se acercó mucho a él, rozando sus labios
-como anda la mas linda de todas? -no se separaban para nada
-ahí adentro, alistándose -rió entre dientes
-disculpame, yo la veo acá conmigo -le robó un corto beso
-mm -musitó -que dulce qe sos -sus ojos estaban cerrados

Pablo la beso nuevamente, pero ahora bien; un beso tierno y duradero, tomaban aire apenas, y continuaban besándose. A ella le encantaba esto, poder estar con alguien tan buena persona, que la sepa tratar y hacer sentir bien. Y él disfrutaba mas aún. Anteriormente había sufrido por amor, pero seguía abierto a ese sentimiento, porque no perdía las esperanzas de encontrar a la persona indicada, que lo acompañe por el resto de sus dias.

-perdon, no -asomó por la puerta, Eugenia -si tu novio llega antes no es mi culpa, pero vos tenes que ayudarme a mi, sí? entrá por favor! -seguía con ese humor de antes
-no es mi novio! -miró al morocho sonrojada -y ya entro -la pelicorta desapareció -disculpame, tengo que ir con ella -sonrió a medias
-no hay problema -mostró toda la perfección de sus dientes -nos vemos mas tarde rubiecita -se acercó a ella y unió sus labios cortamente -le voy a avisar a Pitt que su chica es una histérica -rió y se fue

Una vez listas y preparadas definitivamente, Eugenia le mandó un mensajito al rapado, avisándole que ya podían pasarlas a buscar. Automaticamente luego de eso, sonó el timbre. Los chicos estaban esperándolas hacía unos diez minutos en la puerta, y por indicación de Rocio, se quedaron allí hasta recibir algún mensaje.

-a dónde es que vamos? -preguntó curiosa la rubia de ojos mieles
-tu novio estuvo jodiendo toda la noche con un resto nuevo que hay por acá, asi que él nos va a llevas ahi -sonrió Peter
-no es mi novia -bajó la vista avergonzado
-cómo vamos? -cambió de tema la otra rubia
-en su auto -volvió a hablar el rapado
-venis adelante conmigo? -ofreció por lo bajo el ojiverde a Rocio
-si -sonrió contenta ella

Llegaron al lugar indicado en unos quince minutos. Pidieron una mesa, pero antes, Pablo habló con una mesera, entonses los llevaron hasta la terraza, donde solo habia una preparada. Las chicas miraban la situación extrañadas, pero ellos sabían qué sucedía.

-nos perdimos de algo? -Eugenia era muy directa
-mi tío es el dueño del lugar -rió Pablo
-qué pensaron? -preguntó Pedro
-nada, nada -Rocio no hablaba
-pasa algo Ro? -le preguntó el morocho, sin que los otros escuchen y ella negó con la cabeza
-nos sentamos a comer? -la chica de pelo mas cortó notó que su amiga estaba algo incómoda, entonses decidió ayudarla, saliendo de ese momento

Comenzó el almuerzo. Hablanban solamente Eugenia y Juan Pedro, ya que los otros dos solo se miraban y sonreían.

-Rochi, me acommpañas? te quiero mostrar algo -le tomó la mano y se fueron
-nos dejaron solos -sonrió pícara
-y eso a mi me encanta -acotó él, tomándole el rostro por la barbilla y acercándose a ella
-a mi me encantas vos -la rubia no paraba de mirar los labios del chico
-no me resisto más -dijo casi inaudible y terminó con la distancia que los separaba

La relación aquella era diferente a todas. Dos personas con mucho cariño para entregar, que de una buena vez, encontraron a la pareja correcta. Se besaban con pasión, toda la que sentían estando juntos. Un nuevo amor nacía, un amor universitario único e inigualable, apasionado y necesitado.

Mientras tanto, Pablo y Rocio estaban sentados sobre una pared baja, que delimitaba la terraza. Desde allí se podía ver el barrio hermoso donde se encontraban. Permanecían en silencio, pero se veían de vez en vez, de reojo, como dos nenes con vergüenza.

-gracias -dijo ella aún mirando el horizonte
-por que? -tenía sus ojos clavados en la rubia
-por hacerme pasarla tan bien -corrió la vista hacia él -y con tan buena compañía -sonrió
-no me agradezcas linda -le acarició la mejilla con ternura -hago todo lo posible para que estes bien, porque a pesar de qe te conocí hace poquito, ya me importas, mucho -se miraban fijamente, expresando más así que mediante palabras
-te quiero -seguían mirandose, pero lentamente se acercaron, hasta unir sus labios con los del otro

El de Eugenia y Pedro era un amor pasional, pero el de ellos era de lo más tierno. Delicado y suave, dulce y tranquilo. Características de una pareja particular, pareja con necesidad de amor por parte de ambos. Ellos eran complementos perfectos para cada uno. Rocio necesitaba algo de alegría amorosa en su vida, y Pablo necesitaba tener a alguien a quien complacer y dar todo su amor.

-ey, trajeron el postre, vienen? -se escuchó un grito de Peter, el cual interrumpió el beso
-ya vamos -contestó revoleando los ojos Pablo
-después seguimos con lo nuestro -sonrió la rubia y se levantó de donde estaba, yendo hasta los otros dos, con su chico siguiéndola
-Rochi, yo tengo una pregunta para vos -dijo el rapado viéndola sentarse
-decime Peter -serena, comenzó a comer sus frutillas con crema
-cómo hizo este gil para estra con vos? porque si escuchabas las muchas cosas que me decia, de que estaba loco de amor, y demás, te aseguro que ni te le acercabas -reían los cuatro
-no seas malo con él -entrelazó su mano con el chico en cuestión -y se podría decir que tu amigo tiene un chamuyo muy tierno, eso es lo que me gusta -sonrió sincera y le tiró un beso al morocho

Esto era lo que se diría, una junta de dos amor universitarios nuevos. Y eso eran. Amores universitarios. Raros, únicos y especiales, que hacían sentir vivos a los jóvenes que los trancitaban.

miércoles, 27 de julio de 2011

Amor con cuidado

Amar con cuidado

La vieron caminar por el patio del colegio con un chico unos cuantos años mayor que ella, tomados de la mano y muy sonrientes. A la chica, le encantaba su forma de ser, pero mas que nada la seguridad que le daba, que sentía estando con él. Si se los veía, parecían un chico con su hermana menor, por el tan particular cuidado y delicadeza con la que la trataba, pero realmente eran una pareja, muy reciente, pero novios en si.

Ella nunca lo persiguió, pero siempre lo miraba, tímida y con disimulación, aunque él era astuto, y notaba la vista de ella en su persona. Un día se le acercó, dejándola helada y completamente nerviosa. Sus amigas se fueron del lugar y él pudo hablarle mas tranquilo. Le decía cosas lindas y ella cada vez se enamoraba más.

Así pasaron las semanas. La chica nunca más mencionó al chico con sus amigas; ellas pensaban que había sido solo una obseción del momento, y que aquella vez que charlaron, él la habia desepcionado; pero quedaron sorprendidas ese mismo día. Al verlos de esa manera, todos quedaron atónitos. No se pasaba por alto que él era uno de los mas lindos de la institución, y estaba con una menor, que nadie registraba.

Llegaron hasta el pasillo de las aulas, caminando, sin darse cuenta. Ella tomaba una gaseosa, y él la miraba atento y silencioso. Estando a su lado, la ruba, Rocio, se ponía un poco nerviosa, porque a pesar de que ya eran novios, no paraba de pensar en todo lo que los demás seguro decían ahora de ella, porque quizás, muchas hablaban, opinaban que el morocho de ojos verdes, Pablo, la estaba usando, jugaba con una menor, creándole falsas esperanzas, para después hacerla sufrir, pero sabía que así no era, porque las tantas veces que hablaban, él le aclaraba que no tenía que escuchar a los demás, porque no era una mala persona como creían ellos. Tal vez ingenua, pero Rocio le daba credibilidad a su palabra.

De repente, la rubia tuvo ganas de besarlo, entonces, torpe, giró, para mirarlo de frente, pero de esta manera, le volcó su bebida en la chomba blanca de él, ensuciándolo.
Ella se tapó la boca preocupada, ni siquiera lo miraba a los ojos, por lo avergonzada que se sentía. A todo esto, Pablo se reía entre dientes.

-si... si queres... podemos ir al baño... y te limpio -le ofreció Rocio aún con la vista gacha
-me miras? -le pidió dulce y ella hizo caso -sos tan linda cuando te pones así -le acarició el rostro
-vení conmigo -le tomó la mano y se dirigió hacia dionde antes le había dicho

Entraron y fueron hasta las piletas, para allí poder intentar hacer algo con la remera. Ella lo observó a él, y luego a su vestimenta. Pablo entendió perfectamente, y bajo la mirada atenta y no disimulada de Rocio, se quitó lo sucio y se lo entregó.
El  torso marcado de él estaba al descubierto, y eso hacía que, notablemente, ella esté más que nerviosa.
A pesar de eso, intentó no hacérselo saber a él, entonces tomó la chomba, y comenzó a mojarla y fregarla. En si, hacía todo eso para no pensar en la situación.

-te ayudo -comentó, para luego colocarse detras de ella, poner sus manos arriba de las suyas y hacer lo mismo que si
-pu...puedo sola, no... no te preocupes -era su primer novio enserio, su primer experiencia en el amor, se entendía su posición

Instantanea y bruscamente, Pablo dejó a un lado la remera, y la dio vuelta a ella. Pegó sus cuerpos y rozó sus labios, mirándola fijamente a los ojos color miel que tanto lo cautivaban. Ella fue cerrándolos despacio para así apoderarse de los labios de su novio, al cual tanto quería, y agradecía por todo lo nuevo que la estaba haciendo sentir.

El beso fue tomando mas sabor. En ese lugar estaban solo ellos, nada del exterior importaba, en su mundo permanecían unicamente los dos, besándose, queriéndose, disfrutándose.
Pablo, lentamente pasó una de sus manos por debajo de la remera de ella, explorando toda su espalda, tan cuidada y suave como la de una niña pequeña, y con la otra acariciaba, sumamente tierno, su mejilla. A Rocio, esto mismo, le encantaba, pero
se sentía algo insegura, y a pesar de no querer mostrarlo, Pablo se dio cuenta de ello.

-no va a pasar nada que no quieras, tranqui rubia -dijo aun entre sus labios. Ella tenía sus manos en la nuca de él, jugando con su pelo, mientras que el morocho la tocaba sutilmente. Ambos con los ojos cerrados
-gracias -agregó la rubia sin intenciones de separarse
-p... por... por qué? -preguntó como pudo
-por amarme con tanto cuidado -respondió diciendo cada palabra con una pausa de besos entre sí

No despegaban sus bocas por ninguna razón. El aire de ese baño cada vez estaba mas inundado de suspiros y palabras bonitas, pero como bien había dicho Pablo, no iba a pasar a mayores, simplemente se besaban con pasión, demostrándose así todo su cuidadoso amor.

viernes, 22 de julio de 2011

Diferencias sociales

Diferencias sociales

-Chicas, yo me voy –avisó ella
-Ro, vos te vas a ir con ese en aquella moto? –preguntó su amiga con tono despectivo
-si, por qué? –cuestionó
-ay gordi, no podes. Esta muy mal que te mezcles con esa clase de gente. Vos tenés plata, él no creo, vos vas a este colegio, él al de acá dos cuadras, público y horrible. No da! –contestó otra de las presentes
-Eugenia no me jodas. Yo hago lo que quiero, y aunque ustedes lo acepten o no, él es mi novio, así que chau, me voy con él en esa moto a donde se me cante, si? –a Rocío le molestaban demasiado esos planteos reiterados y discriminatorios
-encima se te pega ese vocabulario blacky. Rocío vas de mal en peor –acotó la petiza morocha mientras que la rubia se iba

Rocío fue hasta donde su novio la esperaba. Vereda de enfrente, sentado arriba de la moto, con el casco y haciendo una disimulada seña para que lo vuelva a ubicar. Al llegar a él, lo beso suave y cortamente, luego se subió al vehiculo, detrás y se encaminaron hacia donde se les ocurriera en el recorrido.

-que te decían tus amigas hoy? –preguntó riendo él, cuando ya estaban al lado de la ruta, bajo un árbol, parados, ella contra el tronco
-las mismas boludeces de siempre –revoleó los ojos –que sos pobre, de otra clase social, que no da que salgamos, que no sos para mí, puro bla, bla sin justificativo -puntualizó
-y vos crees todas esas cosas que dicen? –cuestionó hablando enserio
-no Pablo, si yo sería tan hueca para tener esos pensamientos no saldría con vos, o si? –él bajó la vista –ey, qué te pasa? –le acarició la cara
-no sé si vos mereces salir con alguien como yo –sus pensamientos eran aquellos
-una pregunta, dónde está el morocho de ojos verdes que me besó de prepo a la salida de mi colegio hace como dos meses? Dónde está el que me demostró que las diferencias sociales no importan? Vos lo viste? Porque parece que esta tarde se esfumó –ella también hablaba enserio
-te quiero mucho –repentinamente le tomó el rostro y la besó, dejando a un lado la ternura, reinando la pasión en dicho contacto

Aun apoyados contra el árbol, el beso tomaba más sabor, subiendo así también un poco la temperatura de la situación, pero de un momento a otro, Rocío se separó con una sonrisa inigualable en su rostro.

-qué estas pensando rubia? –preguntó él, aun teniéndola por la cintura
-me acompañas a mi casa? –la miró confundido
-para qué? –gran pregunta
-tengo una idea que te va a encantar –seguía sonriendo espléndidamente
-si vos decís –le dio un último beso tierno y se marcharon hacia donde ella había dicho

Llegaron a destino. Rocío le pidió que se quedara unos segundos en la planta inferior de su casa, mientras ella buscaba sus cosas. Pensaba que nadie iba a aparecer en su casa a esa hora, pero se equivocó.
La madre de ella ingresó en el lugar, y al ver a Pablo, pensó que era un ladrón. Gritó espantada, y debido a eso, la rubia supo lo que sucedía.

-mamá no te alarmes! Él es mi novio, me esta esperando a mí –dijo sin anestesia para que su madre quede con la boca abierta sentada en el sillón
-Rocío, vos y yo tenemos que hablar –le avisó mientras la veía bajar las escaleras
-el lunes a la madrugada si? Ahora me estoy yendo, y hasta ese momento no vuelvo –sonrió falsa, tomó la mano del morocho y se encaminó hacia la puerta de salida
-disculpame, pero a quién le pediste permiso? –cuestionó intentando detenerla
-chau mamá, nos vemos después –salió de allí haciendo caso omiso a todo

Subieron a la moto y comenzaron viaje. Pablo no sabía realmente hacia donde tenía pensado Rocío ir, entonces decidió frenar en un bar, e ir a tomar algo, para hablar y dejar en claro las cosas. Ella no se sorprendió, pues lo conocía, y además, el tiempo le sobraba.

-rubia, a dónde tenés pensado ir hasta el lunes a la madrugada? –ambos ya estaban sentados en una mesa tomando café
-al campo de mi tía, que no queda muy lejos –sonrió y mordió una medialuna
-eh? Vos querés que yo vaya con vos a visitar a tu familia? –no podía creerlo
-en realidad, ella falleció el año pasado, y todo eso es mío, pero yo sigo diciendo que es de ella, para que no me jodan –tomó un sorbo
-vos estas segura? –él no comía nada, solo se limitaba a mirarla
-más que segura. Además si ya se lo dije a mi mama, no hay ningún problema. A menos que vos no quieras ir, y en ese caso me debería volver a casa –fijó su vista en el morocho
-sos tan linda –acarició su rostro perfecto, con mucha delicadeza
-eso es un “si vamos”? –preguntó emocionada
-a donde vos quieras, por el resto de mi vida –se levantó de su asiento, caminó unos pocos paso, para llegar a ella, estirarle la mano, y marcharse de allí, por supuesto, antes pagando todo

Una vez afuera, a punto de emprender el corto viaje que debían hacer, sin sus cascos puesto, Rocío le tomó la cara con ambas manos suyas y lo besó tierna pero apasionadamente a la vez. Demostrándole a él que nada de lo que dijeran los demás, ya sean sus amigas, o su familia, le importaba. Demostrándole al mundo que no tiene espacio, en una relación, la diferencia de clases sociales, eso es algo que no interfiere, porque el amor verdadero va mas allá de todos los prejuicios de la sociedad, el amor llega hasta donde los corazones se lo permiten. El amor vuela por los aires, haciendo felices a sus protagonistas.

jueves, 21 de julio de 2011

Me gustas mucho

Me gustas mucho

-todo bien, sos nuestro amigo, lo que quieras, pero estando con nosotros no podes vestirte así -negó con su cabeza el cachetón, viendo como estaba vestido su amigo
-no me importa la apariencia, yo solo quiero aprobar todas las materias, para poder ingresar con facilidad a una buena universidad -aseguró
-encima mirá como hablas! Agustín tiene razón, cómo es que somos tus amigos? -acotó el rubio pelilargo
-gracias eh! pero la verdad sé que me quieren -asintió
-para peor, cursi. No lo puedo creer, cada vez sorprendés más -ahora habló el rapado

~

-vos sos puro bla, bla. Nunca haces nada -le dijeron y ella miró a su amiga
-querés ver que no es tan así? -desafiante
-qué vas a hacer rubia? -preguntó la más petiza de entre ellas
-mírenme -y decidida encaró hacia donde estaba el chico que la volvía loca, a pesar de no ser nada que ver a lo que se decia  "un chico fachero". Prolijidad extrema, unirforme muy arreglado, demasiado estudioso y nada de fiestas

Se metió entre sus amigos sin importarle nada. Todos la miraban sin entender. Lo tomó del rostro y directamente lo besó, sabiendo que él no se iba a negar. Todo lo contrario, el morocho le correspondió felizmente, dejando a los que miraban más que atónitos. Ella se separó apenas, le sonrió, entrelazó su mano con la de él y lo llevó lejos de ahí.

Llegaron hasta la sala de materiales de educación física, ingresaron allí y trabaron la puerta. Ese recreo era bastante largo, tenían tiempo para ellos. Automáticamente luego de estar solos de verdad y sin miradas clavadas sobre ellos, la rubia, Rocio en realidad, se aferró al cuello de él, Pablo precisamente. Lo abraza, lo miraba y rozaba sus labios. Esperaba que él se animara a avanzar, y por suerte para ella, eso no tardó en suceder.

Ella se sentía en el cielo. Tenía cierta seguridad de que iba a conseguir acercarse a Pablo, aunque nunca creyó que iba a ser de esa manera, pero de todos modos, era algo de lo que menos le importaba. Le gustaba desde hacía mucho. Sus amigas no le creían, se animó, y ganó.
Pablo aún seguía sin entender nada. Él, un chico nerd de 6to año, al cual casi nadie soportaba por su forma de hablar y de ser, tenía amigos increibles, y veía el amor muy lejano. Recién ahora se daba cuenta lo equivocado que estaba.

Poco a poco ella fue desarreglandole la vestimenta. Sacó su  corbata y la tiró al suelo. Segundos luego, él mismo se deshizo de su campera. Mientras todo esto sucedía (pegados contra una pared de ese pequeño cuarto del colegio), no dejaban de besarse, esa conexión experimentada por primera vez hace intantes atrás, les había encantado a ambos, a tal punto de no querer separarse más.

Rocio comenzó a colocar sus manos bajo la camisa de él. Tocando toda su espalda, disfrutando del contacto. Pablo no se quedaba atrás, besaba el cuello de ella con pasión, una que nunca había sentido por nada ni nadie, y que jamás había imaginado sentir. Juntos estaban aprendiendo a querer a alguien, sin decir nada, mirándose de reojo y con cariño, tocándose con delicadeza, besándose con ternura.

Pero no todo siempre es color de rosa, algo tuvo que interrumpir aquello. No fue una persona sino un sonido en particular: el timbre del recreo, anunciando su fin. Si era por Rocio, se quedaban allí hasta cualquier hora, pero lo conocía al chico, sabía la importancia que él le daba a los estudios, entonses, como deseaba que se sienta respetado por ella, se separó lentamente, sin quitarle la mirada de encima.

-me gustas mucho. Anotate que esto no queda acá -sonrió, se acomodó su ropa y se fue, dejando a Pablo más que contento. Suspiró, la alegría inundó su rostro y también se marchó

De esta misma manera, nacía un nuevo amor. Rara la forma y raro el amor, pero qué importaba eso? Comenzaba una nueva pareja, con sentimientos guardados por parte de ella y una frase que le quedó flotanto todo el resto de la mañana, en la cabeza, a él: "me gustas mucho". Inconsientemente al morocho le pasaba exactamente lo mismo, Rocio le gustaba mucho.


domingo, 17 de julio de 2011

16 - Hoy te vi

15 - mirame, mirate

Un amor diferente

Un amor diferente

-ey gordo, estas por acá? -preguntó ella entrando a la habitacion de él
-Rochi? qué haces acá? -cuestionó cuando salía del baño e ingresaba allí
-quiero hablar con alguien -confesó y se sentó en la cama
-problemas amorosos? -se situó a su lado
-no, esta todo bien eso, por suerte -sonrió apenas
-entonses? -por mas preguntas que hiciera, él sabía qué sucedía
-me conoces morocho -ambos asintieron
-basta gorda de ponerte mal por ellos, no lo valen -le acarició la cara
-son tus amigos eh! -le "recordó"
-lo sé, pero por lo que te hicieron, todavía no sé si perdornarlos -informó
-Pablo, no te pelees con ellos por mí -negó rotundamente
-y qué querés que haga? -la miraba fijo
-me ayudas a reirme de esto? por favor -hizo una media sonrisa, contagiándolo a él también
-si vos querés -frunció sus hombros, y luego se le acercó para hacerle cosquillas
-así no! -gritaba ella riendo
-qué quéres hacer rubia? -la dejó respirar unos segundos
-contestame una cosa -se acomodó nuevamente -ellos se siguen burlando de mi "condición", como la llaman? -Pablo se puso un poco mas serio
-no te burlan tanto, directamente no te aceptan -comentó un poco dolido él mismo
-y no te dicen nada porque vos seguis estando conmigo? -hace unos meses se sabía la verdad, y por esto mismo, a Rocio le habían dejado de hablar todos sus anteriores amigos, exceptuando el morocho ojiverde
-me preguntan qué onda y a veces se zarpan en las jodas -miró para otro lado
-qué dicen? -se paró junto a él, quien ya estaba al lado de la ventana mirando para afuera
-no quiero que sepas y menos repetir esas cosas. Igual, saben que delante mío, por lo menos ya no pueden comentar más, porque bueno, al principio pensé que era hasta que lo aceptaran, pero ahora me cansa demasiado. Y si acotan algo, obviamente te defiendo -bajo la cabeza apenas y luego la levantó -Sigo sin creer como son tan cerrados de mente -le contaba todo esto, porque había llegado el momento, en el que la rubia ya estaba preparada para escucharlo
-no pasa nada Pabl... -no continuó hablando, debido a que un mensaje de texto le llegó. Automáticamente sonrió al ver de quién era y qué decía
-tu amorcito? -indagó él, bromeando
-sí -su sonrisa era más que brillante -no es un amor enserio? -le mostró la pantalla de su celular
-el amor, el amor -suspiró y rió -se quieren, verdad? -la miraba dulce
-muchísimo -asintió -y vos? alguna chica? -lo codeó entre risas
-solterito y sin apuros. Serías la primera en saber; igual por ahora me conformo con ver feliz a mi más amiga, sé todo lo que sufriste -ella lo miró e instantaneamente se abrazaron fuertemente
-sabes qué? me voy a ir yendo, porque sino me mata -hizo una cara graciosa -muchas gracias por dedicarme tu tiempo, escucharme y hacerme reir. Necesitaba mucho esto con vos -sonrió
-que se repita eh! -la acompañó hasta la puerta y se despidió

Luego, Rocio fue hasta su departamento, más que feliz. Todo lo que había ocurrido hace unas semanas atras, ya casi ni le importaban. Sabía como era la sociedad en ese entonses, nunca había creído que sus compañeros eran tan así, pero efectivamente se equivocó. El único que la apoyo fue Pablo, su mejor amigo, que ya se había enterado de todo, desde hacía mucho antes. En el tiempo transcurrido hasta ahora, él era quien más podía contenerla, ya que se conocían desde antes, y la quería demasiado como para juzgarla y rechazarla.

Llegó a destino, abrió la puerta y buscó por las habitaciones del lugar, hasta que encontró a quien ella buscaba en la habitación. Caminando por atras, le tapó los ojos, en forma de juego, y besó su cachete. Segundos luego, quedaron frente a frente y se miraron sin decir nada, en sumo silencio y a la vez, expresando todo lo que sus corazones sentían. Estar compartiendo cosas les hacía muy bien, porque a pesar de todo lo que se decía, podían disfrutar su amor entre sí.

Rocio le tomó la mano y fue caminando así hasta el living del departamento. Se sentaron, nuevamente mirándose fijo y sonrientes. Minutos después fue acercándosele, tomándole la cara con mucha delicadeza, y depositando un beso sobre sus labios. Un beso que no mucha gente aceptaba, un beso de un amor un poco diferente, un beso de dos personas con ideología distinta a la actual, o que las rodeaba. Un beso de amor real que prometía perdurar.

-Rochi, rocio quiere mucho a su Vicky, Victoria -dijo entre labios la rubia, sonriéndole a la morocha que estaba frente suyo, chocando sus narices con mucha ternura.

miércoles, 13 de julio de 2011

14 - Y Si Alguna Vez

13 - Pueden sacar fotos

12 - Quiero Salir del Paraiso

11 -Voy por mas & Va que va

10 - Cada Vez Que sale el sol

09 -Vuelvo a casa

08 - Pensando en vos

07 - Mi corazon

06 - Loco

05 - Miedo a perderte

04 - A Ver si pueden (2)

03 - A Ver si pueden

02 - 2º Estoy aqui otra vez

01 - Cantando, la Vida es Mejor - 1º parte Estoy Aqui Otra vez

Más amada sería un exceso.

miércoles, 29 de junio de 2011

Enséñame a amar

Enseñame a amar
Parte 1: ayuda escolar

Ella una excelente alumna. Había pasado a sexto año de la secundaria con las mejores notas de todo su nivel. Padres orgullosos. Amigas únicas e irreemplazables. Podría decirse que estaba atravezando una parte de su vida realmente soñada, ya que no tenía más preocupaciones que lo que a ella le gustara. Dificultad con los estudios, evidentemente, no tenía. Así que le sobraba el tiempo libre.

Transcurría ya el cuarto mes de clases, y el padre comenzó a preocuparse. Las calificaciones de su hija habían empezado a bajar, pero solo en una materia. Por este mismo motivo, el señor decidió ir a hablar al colegio. Pidió una entrevista con el profesor de dicha materia y habló tranquilo.

(Lunes, 15:30hs. Se daba por finalizado la actividad de la tarde de los alumnos. Todos retirándose del aula)

-Rocio, puedo hablar con vos? -preguntó el profesor a la mencionada alumna
-chicas, nos vemos mañana -se despidió e ingresó nuevamente donde él se encontraba -digame profesor -sonrió amable
-estuve hablando con tu papá -ella asintió -y bueno, está algo preocupado por tus notas -Rocio revoleó la mirada -y a decir verdad a mi también me extraña. Vi tus calificaciones de años anteriores, y es la primera vez en mucho tiempo que decaen de esta forma. Vos tenés algún problema con mi materia, conmigo, con algo? porque es solo en literatura -la rubia estaba pensando qué decirle
-lo que sucede, es que estoy algo distraída -bajó la cabeza
-si querés, yo puedo ayudarte, para que recuperes tus calificaciones de antes. Eso sí, tiene que ser después del horario escolar, donde estemos tranquilos y no te distraigas -esto mismo era verdaderamente lo que el padre de la joven le pidió
-no hay ningún problema. Cuándo podríamos comenzar con las clases particulares? -rió entre dientes. Por algún motivo estaba contenta
-vos tendrías problemas de ir a mi casa? o de que yo valla a la tuya? -Rocío lo miró sorprendida -es que en el instituto no hay lugar, estan los mas pequeños con el apoyo escolar -sonrió de costado
-no me tome de atrevida, pero sería mejor en su casa, porque mi hogar es una distracción en sí -lo miraba fijo
-hablá con tus padres, y me avisas mañana. Yo voy pensando todas las posibilidades hoy -asintió por última vez, y se despidieron

(Rocío, la rubia de ojos color miel, volvió a su casa tranquila, analizando profundamente que haría luego. Debía hablar con su padre, pero no solo por lo que le había dicho el profesor, sino tambien por algo tenía que ver con dicha persona y con él mismo.
Sin perder su simpatía, pidió permiso para entrar en el escritorio de aquel señor, y al recibir una respuesta positiva, abrio la puerta, encontrándolo sentado, tras sus cosas, firmando papeles).

-Pa, por qué hablaste con mi profesor de literatura y no me dijiste nada? -pacíficamente cuentionó
-porque quizas te enfadabas conmigo debido a eso, así que preferí que te enteres. Igual de todos modos, parece que no fue tan malo, porque seguis alegre como siempre -asintió
-es que tenes razon. Necesito ayuda en esto. Estoy algo dispersa, y creo que las clases particulares que Pablo me afreció me van a servir -toda adolescente común, en esta situación, se hubiera puesto muy de mal humor y enojado por el entrometido en sus cosas, pero ella era muy inteligente, sabía lo que hacía
-Pablo? quién es Pablo? -preguntó él sin entender
-el profesor -su padre la miró -disculpame, te entendí. Una falta de respecto hablar así de alguien que no me dio autorización para tratarlo de esta manera -bajó la cabeza. Esta era la educación que ella había recibido durante sus diecisiete años
-mejor así -el señor la seguía mirando -necesitas algo mas? -indagó
-sí -sentenció -el profesor me propuso que yo valla a su casa, con tu permiso, para allí estudiar tranquilos. En el coelgio no hay espacio disponible -afirmó
-y acá por qué no? -lógica pregunta
-porque con todas las cosas tuyas y de mamá, la gente que viene y eso, se me va a hacer imposible. El único lugar pacífico es mi habitación, y a ese lugar no voy a llevar a un profesor -dijo con un tono preciso, que provocó que su padre ría entre dientes
-te entiendo. Y esta bien. Confío en vos. Decile al señor Pablo, que te autorizo a que las clases sean en su casa, pero bajo su responnsabilidad. Y que luego hablamos de sus honorarios -sonrió e hizo que se marchara de ese lugar, debía seguir trabajando

~
Parte 2: La casa del profe

(Finalización de la clase matutina. También terminaba el horario escolar del día de ambos. El timbre indicaba la hora de salida. Ellos se quedaron dentro del aula)

-profesor, mi papá me dio el permiso de estudiar en su casa - comentó
-genial -le sonrió
-cuándo podemos empezar? Lo mas antes posible sería mejor -aseguró
-mirá, yo ahora hasta la tarde, estoy libre. Hablalo con tu papá, y si te deja, comes en mi casa y automáticamente comenzamos a practicar y revisar lo que no entedes -a todo esto, esas actitudes de Pablo eran entendibles, solo tenia 21 años
-si me aguarda unos minutos, lo llamo por teléfono y listo
-no hay ningún problema -asintió y salieron afuera, él dirigiéndose a la puerta de salida del instituto y ella hacia el baño para comunicarse con su casa

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(baño de mujeres. Rocio dentro de un cubiculo con su celular en mano)

-hola, ma?-llamaba a su casa y le antendió esa señora
-Rocio? por qué me llamas? -no era una pregunta de mala gana, sino sorprendida
-voy a estudiar con el profesor ahora. Como en el camino a su casa. Le avisas a papa? -no le estaba pidiendo permiso
-si, no hay problema... entiendo la llamada -su madre la conocía
-gracias. Sos una genia. Te amo -se despidió y cortó la llamada

_
(Pablo esperándola en la salida, ella llegaba hasta él)

-ya estoy -le sonrió y comenzaron a caminar
-te dejaron? -le preguntó
-si, si obvio. Sino ya le hubiese dicho que no -rió entre dientes -disculpe, pero le puedo hacer una pregunta? -su forma educada de tratar a la gente, no desaparecía de ninguna situación
-si, como no -ahora él sonrio
-cómo vamos a ir hasta su casa? porque que yo sepa, no hay ningín vecino nuevo en la zona. Mi papa es muy sociable, conoce a mucha gente del barrio, y supongo que si vive lejos, no iremos caminando -lo miraba fijamente
-no te preocupes Rocio, vamos en mi auto -justamente habían llegado a donde éste estaba
-ah -contestó simple
-adelante -dijo él, abriéndole la puerta
-muchas gracias -esos gestos corteces, la rubia los valoraba muchísimo

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(Puerta de la casa de Pablo. Estaban ingresando)

-disculpame el desorden. No es particular en mí. Estuve corrigiendo y no tuve tiempo de acomodar mucho -cerró la puerta tras él
-no hay ningún problema. Es su casa, puede tenerla como usted quiera -Pablo le colgó su abrigo
-te puedo pedir un favor enorme Rocio? -pregunto él, dejándola a ella algo descolocada
-si, digame -lo miraba expectante
-me podes tutiar? me molesta muchísimo que me traten de usted. Tengo 21 años, no cuarenta -rió y ella hizo lo mismo
-esta bien, si usted lo pide -él la miro -perdón. Si vos qeres -sonrió
-gracias -él tambien lo hizo

_
(Instantes siguientes. Cocina)

-te gustan los ravioles con salsa? -cuestionó él comenzando a cocinar
-si, si. Me gustan -asintió
-siempre sos asi? -hablaban mientras él seguia con lo suyo, y ella lo miraba parada, cerca suyo per sin molestarlo
-así cómo? -no había entendido completamente
-te noto como introvertida, y por lo que son tus amigas, no creo que seas de esta manera todo el tiempo-la miró de reojo
-disculpe... -bajó la cabeza -digo, perdón -lo miró por pequeños segundos -es que me resulta muy raro esto -se confesó
-qué? el que una alumna este en la casa de un profesor almorzando con él? -ella asintió -pero raro incómodo o raro inusual? porque si no estas cómoda, no vamos a poder estudiar, y de ser asi, vamos a otro lado, no hay drama. Yo por algo te pregunté antes -había dejado unos minutos la comida de lado, para mirarla enserio
-no pasa nada Pablo. Es una rareza graciosa. No tengo ningún problema con el lugar. Además, muchas profesoras particulares de otras asignaturas, dan clases en sus casas, es lo mas común -sonrió
-segura? -qeería confirmar
-si -sentenció -falta mucho para comer? -cuestionó cambiando completamente el tema de la conversación
-tenes hambre? -ella afirmó con la cabeza -probá -le dio un pedacito de carne con salsa -y? cómo está? -Rocio terminó de comerlo
-muy rico -con una servilleta de papel se limpió la boca -no sabía que además de profesor de literatura sabías cocinar -lo halagó sutilmente
-gracias, pero igual no hay que ser muy inteligente para cocinar esto -rió entre dientes
-te aseguro que más que Nicolas, sí -ella también rió y ante la cara de desentendido de él, prosiguió hablando -era un amigo que un día intento cocinar algo, y casi quema su casa -ahora reían juntos
-esta es la Rocio que yo me imaginaba -asintió sonriente

_
(Sentados en la mesa, dando por finalizado el tiempo de almorzar)

-vos andá sacando las cosas, que yo acomodo todo esto, y estoy con vos -Pablo juntó unas cosas de la mesa y las llevó al lavaplatos
-dónde pongo esto? -le preguntó Rocio, con las últimas cosas sucias de la comida, en la mano
-dame -él tomó lo que ella sostenía y lo colocó donde debía -andá por favor a hacer lo que te dije
-bueno. Perdón. Pensé que ya había mas confianza, no es para que me trates así -tenía diecisiete años y una facilidad para ponerse triste increible
-perdoname. Pero si no me pongo firme me sobrepasas. Esta bien que fue mala mi actitud, pero tenemos que estudiar -le dijo una vez dispuesto a comenzar con lo suyo; sentados ambos nuevamente en la mesa, con todos los libros y carpetas correspondientes

_
(Pasadas al rededor de una hora y cuarto)

-la verdad, no sé por qué en el colegio no te sale bien, si acá me supiste decir todo perfectamente. Lo teórico esta bárbaro. Lo práctico? -la miró fijo unos instantes -que lindos ojos mieles que tenes -se había distraído él en esta oportunidad, dejándose llevar por la belleza particular que tenía en frente
-gracias -silencio puro, ambos perdidos en los ojos del otro
-releé todo de nuevo, y después un descanso -sonrió y se levantó, dirigiéndose al baño

(Realmente Pablo no podía creer lo que había dicho. Era un descuido de su parte, sabía muy bien lo que su cuerpo sentía, pero efectivamente no iba a hacer caso.
Se lavó la cara varias veces y salió de donde estaba, para encontrarse con ella en la puerta de allí mismo).

-precisabas algo? -preguntó amable
-hay algo que no entendí -frunció los hombros -y no sabía donde estabas. Necesitaría que me expliques de nuevo -con esas ciertas acciones parecía una nena chiquita, pero que sabía como cautivar
-decime qué -ya se estaban dirigiendo a la mesa otra vez

~
Parte 3: papá

(19:30 de la tarde. Rocio llegaba a su casa)

-de dónde venis? -cuestionó su padre algo enfadado por la hora
-de estudiar con el profesor -contestó tranquila
-tan tarde? te fuiste al medio día casi -no le creía mucho
-estuve practicando un montón, si no me salía, rehacía todo -también, la trataban como chiquita
-no estaras viendo a algún chico vos, no? -lo primero que se le ocurrió
-nada que ver pa, vos sabes que yo no mezclo. Además yo te digo dónde estoy. Y si te dije que estaba estudiando, no te mentiría para irme por ahí -se le acercó y lo abrazó -confiá en mí papá, quiero que vuelvas a sonreír cuando veas mis notas -era un padre muy complacido por parte de su hija
-esta bien -sonrió -ahora andá a asearte, que después comes y vas a dormir temprano. Mañana hay que ir al colegio -la vio irse hacia su habitación

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(Dia siguiente. Comienzo de primer hora de clase. Literatura)

-profe, puedo hacerle una pregunta antes de empezar? -Rocio estaba en el escritorio
-me gusta que sepas ubicarte en situación. saber que acá no tenes que tutiarme -Pablo sonrió
-gracias -ella imitó la acción -quería saber si hoy podriamos estudiar también. Necesito que para las evaluaciones próximas, yo misma me sienta preparada -le comentó
-hoy hay actividad extra, así que después yo me comunico con tu papa, pregunto si estas autoriazada, y a la salida te cuento -la miró -andá a sentarte, prestá atención, que es buena práctica también -ella hizo caso

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(18:00 hs. Rocio esperando al profesor en la puerta del aula)

-necesito el número de teléfono de tu papá -le dijo él, al salir de allí dentro
-acá tenes -le mostró su celular y él marcó en su móvil
-hola señor Igarzabal... soy el profesor Martinez... solo quería preguntarle si le da permiso a su hija para ir ahora conmigo a mi casa... -Rocio escuchaba solo una parte de la conversación -sí, entiendo su extrañeza, lo que sucede es que ella quiere estar lista para los exámenes... entiendo, pero si es por eso, no se preocupe, que si usted no lo cree una falta de respeto, yo la puedo llevar a su casa con mi auto... no me es ninguna molestaia... está bien, no se me va a pasar la hora... hasta luego -fin de comunicación
-eso fue un sí? -ella estaba alegre
-sí, pero a las nueve, como muy tarde, tenes que estar en tu casa -le informó
-me llevas vos? -preguntó, ya caminando hacia el auto de él
-si, se lo prometi a tu papa, lin... -no  continuó hablando
-genial -se hizo la distraida

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(Casa de Pablo. Ellos apenas entrando)

-ya sabes donde esta la mesa, vos ubicate que yo me voy a cambiar esta ropa tan formal -le avisó y se fue. Rocio preparó todo lo necesario. Luego de unos minutos, vio entrar a donde ella estaba al morocho, terminándose de poner la remera (antes de que se la acomode, se le pudo ver un poco el torso medianamente trabajado que tenía) -ah bueno -dijo ella casi inaudible
-ya estoy. Vos empezaste? -se sentó a su lado
-n...no lo...lo estaba esperando a usted -contestó
-cuando estas nerviosa no me tutias? -rió entre dientes
-qué? nerviosa? yo? nada que ver -miró para otro lado
-continuemos por favor -sonrió pícaro y se dispusieron a estudiar

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(Aproximadamente una hora mas tarde)

-ya me cansé de lo teórico. Me servis algo de tomar?, asé después hablamos de la materia. Mucho escrito por hoy -se quejó
-ahí te traigo -se levantó y buscó aquello pedido -acá está -se lo entregó
-gracias -tomó un sorvo -por lo que veo, no tenes novia -Pablo la miró sorprendido
-no ibamos a hablar de la materia? -preguntó sin entender mucho
-por eso mismo -ella asintió -estamos viendo todo tipo de literatura romántica. Lo relacionamos con romanse real y estamos dentro de la materia -sonrió pícaramente
-no, no tengo novia, pero sabes qué? -Rocio lo miraba expectante -vos me haces acordar mucho a mi ex -comentó
-ah, si? por qué? -cuestionó muy interesada
-porque también se llamaba Rocio -ese había sido un comentario muy desacertado para la ocación -pero son muy diferentes -nuevamente provocó curiosidad en la rubia
-por qué? -habian dejado los libros a un lado, por un rato
-porque ella no pensaba lo que hacía ni decía, en cambio vos sos extremadamente educada; a ella no le importaba lo que decía la gente, y vos estas pendiente de tu papá. Y para completarla, ella era morocha, más grande que yo, pero mucho mas petiza -rió
-eso son halagos o insultos? -no fue totalemnte explícito en ese sentido
-ni uno, ni lo otro. Son comparaciones entre dos personas demasiado diferentes
-ah -volvió a sonreír, y esta vez, él acompaño en acción también

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(20:50 hs. Puerta de la casa de Rocio. Ella y Pablo arriba del auto)

-chau, buenas noches y muchas gracias por traerme -se acercó a saludarlo, pero ambos movieron su cabeza hacia el mismo lado, provocando que sus narices rocen, que sus bocas queden a escasos centimetros, que la situación sea más comprometedora. Definitivamente estaban a punto de besarse
-no! tu papá me mata si me ve así con vos -se separó bruscamente
-viví toda mi vida en lo correcto. Una vez en estos diecisiete años quiero hacer algo que a mí me parezca bien, sin importarme la opinión de mi papá. Por favor Pablo, sé la excepción a la regla -evidentemente, ella estaba cansada de la dependencia casi absoluta de su padre -además, yo noto como me miras en clase, de reojo, sonriéndome, sin quitarme la vista de encima. Yo no me tiraría a una pileta que no tuviera agua -todas esas cosas eran ciertas. En las horas que estaban juntos, era imposible evitar el contacto visual entre ambos

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Parte 4: Enséñame a amar

(Salida del colegio. Rocio con su celular en mano, sentada en un banco de allí dentro)

Para Papá:
Pa, mañana me toman oral de literatura. Va a ser la primera nota del segundo trimestre, y quiero obtener una muy buena calificacián para que vuelvas a estar orgulloso de mí. Me dejas ir a estudiar a lo del profesor? por favor. Te aseguro que no es en vano.

-vamos linda? -preguntaron tras ella
-por su puesto. Autorizada a irme a estudiar con usted -rió y tomó su mano, para caminar hacia su auto

(Casa de Pablo. Habitación del él)

-es muy lindo estar asi con alguien, y más si es con vos -confesó ella mas que feliz, mientras no despegaba sus labios de los de él
-linda sos vos -estaban sentados, enfrentados pero sin espacio que los separara, sobre la cama
-te quiero pedir un favor -habló un poco mas enserio ella
-soy todo oidos -sonrió
-enseñame a amar Pablo. Es la primera vez que siento algo así, no me gustaría que sea una ilusión solamente -dijo sinceramente y con el corazón
-te puedo asegurar que esto es real, y que va a durar desde ahora y hasta el infinito -le tomó la cara dulcemnte, con ambas manos, y volvió a besarla, pero esta vez con mucha mas ternura que antes, ya que esos eran besos apasionados y cargados de alegría incontrolable -yo te prometo enseñarte a amar, pero quiero que vos me digas la verdad de la cosa -Rocio lo miró sin entender nada -cuál era tu distracción que no sacabas buenas notas? -gran duda
-pura y exclusivamente vos -rió entre dientes y volvieron a unir sus labios